La redondilla es un tipo de estrofa.
En poesía se clasifican dentro del género de arte menor aquellos poemas que cuentan con una estructura particular cuyos versos son de ocho sílabas sonoras o menos. A su vez, dentro de esta clasificación existen muchos tipos de estructuras posibles; la más popular es la de versos octosílabos.
Dentro de los versos octosílabos se ubica la redondilla, que posee estrofas compuestas por cuatro versos de ocho sílabas cada uno con rima consonante de tipo ABBA (el primer verso rima con el cuarto y el segundo con el tercero).
TemasDiferencias entre la redondilla y el cuarteto
Cabe mencionar que un verso de ocho sílabas no necesariamente se encuentra compuesto por la misma cantidad de sílabas gramaticales (la cantidad que tiene literalmente). Esto se debe a que la métrica de un verso se mide por la cantidad de sonidos definidos que hay en una frase y no por la cantidad de sílabas ortográficas.
Suele suceder que algunas personas confunden la redondilla con el cuarteto pero ambos se diferencian con claridad. Si bien el cuarteto también posee una rima consonante de formato ABBA, la cantidad de sílabas de cada uno de sus versos es superior a ocho, generalmente endecasílabo; en este caso estaremos frente a un poema de arte mayor.
En la tipografía, la redondilla es una letra de aspecto redondeado.
Autores que crearon este tipo de estrofa
Una de las autoras que volvió más popular el término fue Sor Juana Inés de la Cruz cuyo poema más famoso se titula “Redondillas” y, como es de esperarse, consiste en un poema largo con esta estructura. Dicho poema comienza con el verso “Hombres necios que acusáis…” y, debido a este comienzo, suele también titularse “Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón” o, simplemente, “Hombres necios”.
Entre los ejemplos más conocidos de redondillas cabe mencionar, también, además del citado poema de Juana Inés de la Cruz, «La copa de las hada», un poema sumamente conocido de Rubén Darío que dio la vuelta al mundo y que todavía es recitado en los ámbitos poéticos.
Historia de la redondilla
La redondilla surgió en las letras españolas del siglo XII en un tipo de construcción poética conocido como jarchas. Cabe señalar que se cree que las primeras redondillas fueron escritas por los clérigos de la poesía religiosa de la Edad Media y se caracterizaron por ser obras escritas generalmente en latín que se recitaban en los actos religiosos.
Se considera que fue su gran facilidad para ser pronunciada en espacios públicos lo que las volvió tan populares. Esto la convirtió en una estructura idóneo para composiciones como los juglares. La gran facilidad de nuestro idioma para adaptarse a este tipo de rima, las volvió sumamente eficaces para las creaciones populares e incluso se creó un nuevo género que recibió el nombre de redondillas profanas, sumamente populares también en el Siglo de Oro. No obstante su verdadera popularidad la alcanzó durante el denominado Siglo de Oro Español, en el que surgieron importantes referentes de la poesía castellana que hicieron uso de este tipo de poemas.
En esta época se utilizaba para la creación de coplas y villancicos y también en el teatro, donde surgieron numerosas obras compuestas en verso. Posteriormente, durante el periodo neoclásico, comenzó a perder popularidad, debido a la inserción del verso endecasílabo tomado de la poesía italiana que cobró una importancia inusitada.
Finalmente, los poetas románticos retornaron a las bases del verso octosílabo valiéndose de la redondilla para explorar todas las posibilidades de esta estructura. La poesía modernista también se apoya en la redondilla; tal es así que existen en este período numerosos autores que la cultivan.
El término en la tipografía
En el contexto de la tipografía, por último, la redondilla es una letra de forma redonda, que se destaca por los trazos circulares y verticales.
Puede tratarse de una letra de imprenta o realizada a mano. En general se puede decir que la redondilla es una letra de aspecto más redondeado y de tamaño más ancho que las letras ordinarias.
