Del latín relaxatĭo, relajación es la acción y efecto de relajar o relajarse (aflojar, ablandar, distraer el ánimo con algún descanso). La relajación, por lo tanto, está asociada a reducir la tensión física y/o mental.
Por ejemplo: «Mi profesor de yoga me enseñó ejercicios de relajación», «Escuchar música clásica ayuda a mi relajación», «Cuando estoy muy nerviosa, no encuentro nada que contribuya a mi relajación».
Técnicas de relajación
Se conoce como técnicas de relajación a los métodos que permiten alcanzar la calma y reducir el estrés. Estas técnicas implican diversos beneficios para la salud, ya que ayudan a disminuir la tensión muscular, la presión arterial y el ritmo cardiaco.
La ansiedad, los ataques de pánico, la depresión, el insomnio y hasta el dolor de cabeza pueden ser tratados y aliviados con las técnicas de relajación, que incluyen actividades tan diversas como caminar, dedicarse a la jardinería, meditar, escuchar cierto tipo de música o rezar.
El yoga y otros recursos
Una de las prácticas más asociadas a la relajación es el yoga, un conjunto de disciplinas originadas en China que buscan que el sujeto alcance la perfección espiritual y la unión con lo absoluto. En el mundo occidental, el yoga se asocia al dominio del cuerpo y la capacidad de concentración.
No obstante, además del yoga, tenemos que exponer que existen otras muchas técnicas y métodos de relajación. Entre ellos podríamos destacar la meditación, la auto-hipnosis, los masajes, el tai-chi o la acupuntura.
Todo ello sin olvidar la técnica del rebirthing, o renacimiento, que nació en la década de los años 60 y que se sustenta en dos pilares fundamentales: el desarrollar técnicas de pensamiento creativo y el acometer diversos tipos de respiración. Existen, eso sí, tanto detractores como favorables a la misma. Estos últimos, en concreto, lo hacen porque consideran que permite lograr paz interior y mejorar en las relaciones con los demás.
La relajación muscular, por otra parte, es el momento en que la contracción del músculo llega a su fin. La relajación, por lo tanto, supone el final del proceso fisiológico en el que los músculos se tensan y se acortan o estiran.
La relajación y la Inquisición
Además de todo ello no podemos pasar por alto el uso que en el pasado se le otorgó al término relajación. En concreto, fue empleado por la Santa Inquisición para referirse al proceso que consistía en entregar la persona que había sido condenada a muerte al correspondiente tribunal. El objetivo de acometer esa acción no era otro que permitir que se llevara a cabo la sentencia establecida.
El garrote vil o la quema eran dos de los métodos que se empleaban para hacer cumplir la sentencia de muerte después de ese acto de relajación citado. Es interesante resaltar que el último de este tipo que se llevó a cabo fue en 1781 en la ciudad de Sevilla y la víctima del mismo no fue otra que María de los Dolores López, que fue acusada de mantener relaciones sexuales con sus confesores y de mentir sobre supuestas revelaciones divinas que tenía.
Disminución de un castigo o control
Relajación, por último, es la disminución de un castigo o el hecho de hacer menos severa la observancia de una ley o reglamento.
«La oposición promueve una relajación en el control del tráfico» y «La rectora está dispuesta a negociar una relajación de las sanciones» son dos expresiones que muestran este uso.