Retablo es un término que actualmente suele utilizarse con referencia a un elemento decorativo que forma parte del altar. La etimología del concepto nos lleva al latín retaulus, a su vez formado por otros dos vocablos: retro (“atrás”) y tabŭla (“tabla”).
Cabe recordar que el altar, en las iglesias católicas, es la tabla o mesa consagrada que emplea el sacerdote para oficiar la misa. El retablo es el elemento arquitectónico que se sitúa detrás de él y que puede exhibir pinturas, esculturas y otros componentes de decoración.
Características de un retablo
Los retablos pueden construirse en piedra, madera, metal u otros materiales. En algunos casos, se encuentran tallados y exhiben figuras en relieve. En otros, brindan soporte para la exposición de los lienzos.
Es frecuente que los retablos se dividan en distintos cuerpos que se encuentran separados entre sí, en sentido horizontal, por molduras. Las diferentes secciones verticales que crean las columnas o las pilastras, por su parte, se conocen como calles.
Apoyados en un banco para no entrar en contacto con la posible humedad del suelo, los retablos suelen coronarse con una representación del Calvario o de Dios en su parte superior.
Los retablos articulados, por otro lado, pueden abrirse y cerrarse. Esto les permite adoptar dos representaciones diferentes.
Algunos ejemplos
Sin lugar a dudas, muchos son los retablos que han pasado a convertirse en piezas fundamentales de la historia del arte por su calidad, por su originalidad o por ser obras claves de algunos de los autores más importantes del mundo. Entre los más especiales y alabados se encuentran los siguientes:
- Retablo Pala d»Oro. Data del siglo X, se enmarca dentro de la orfebrería bizantina y se encuentra en la Basílica de San Marcos de Venecia. Fue ampliado en varios ocasiones, haciendo que consiguiera tener en cierta medida un notable estilo gótico.
- Retablo Mayor de la Catedral de Sevilla. El escultor flamenco Pedro Dancart fue quien, a finales del siglo XV, procedió a acometer la realización de este trabajo que, en la actualidad, está considerado como el más imponente y valioso de la cristiandad. Casi un siglo necesitó su finalización, lo que llevó a que en el mismo participaran otros ilustres artistas como Jorge Fernández Alemán y Juan Bautista Vázquez el Viejo. Un total de 45 escenas dan forma al mismo, tomando especial protagonismo “La Ascensión de Cristo”, “La Asunción de la Virgen” y “El Nacimiento de Jesús”.
- Retablo de la Adoración del Cordero Místico. Los famosos hermanos flamencos Hubert y Jan van Eyck son los autores de esta obra, también conocida como Políptico de Gante, que se halla en la Iglesia de San Juan de Gante. Es uno de los retablos más famosos e importantes de la historia y se compone de doce tablas al óleo.
Los retablos y los títeres
Más allá de este elemento típico de las iglesias católicas, un retablo también puede ser un escenario de pequeñas dimensiones que se emplea para representar obras utilizando títeres.
El término además se usa para nombrar al conjunto de figuras que, dispuestas en serie, permiten narrar una historia.