Supernova es el nombre que se le da a las explosiones cósmicas de carácter masivo vinculadas a la instancia evolutiva final de estrellas masivas o a la fusión nuclear de enanas blancas. Se trata de eventos importantes y poderosos marcados por un gran brillo y una impactante luminosidad. Tan intensos son los destellos que el resplandor puede persistir desde algunas semanas hasta meses.
Al producirse la explosión, según han podido establecer los expertos, salen expulsadas, mediante ondas de choque, las capas más externas de la estrella estallada, distribuyendo elementos pesados por el entorno que la rodea, restos que terminan conformando nubes de gas y polvo.
Para comprender mejor este fenómeno hay que saber que en el centro, o núcleo, de una estrella masiva se quema un considerable caudal de combustible nuclear. Ese corazón, al producirse una cantidad enorme de energía, se termina calentando y, en este marco, se genera un nivel de presión suficiente para evitar el derrumbe estelar. Conviven de este modo en equilibrio un par de fuerzas que se oponen entre sí: con el combustible nuclear se provoca una poderosa presión hacia afuera, mientras que la gravedad impulsa una compresión en dirección interna. La gravedad termina imponiéndose y haciendo derrumbar y explotar a la estrella masiva cuando ésta, tras agotar su combustible, pierde temperatura y ve disminuido el valor de la presión.
Tipos de supernovas
La línea de absorción de distintos elementos químicos apreciables en el correspondiente espectro de una supernova fue determinante para empezar a clasificar, allá lejos en el tiempo, a este fenómeno. Hoy en día es posible identificar, en función de la ausencia o detección de hidrógeno, a varios tipos de supernovas.
Se cataloga como supernova de tipo I, por ejemplo, a una explosión de enana blanca ubicada en un sistema binario. Esta variedad surge en sistemas estelares con deficiencia de hidrógeno y tiene presencia en todas las galaxias.
Se han podido reconocer, de igual modo, a la supernova de tipo Ia (una subcategoría caracterizada por poderosas enanas blancas que, al rotar de manera lenta, provocan que merme la materia propia de una estrella de rasgos similares y llevan a sobrepasar en varias unidades de masa solar un límite que les impide resistir su propio peso y el fenómeno concluye con un colapso que da paso a una estrella de neutrones); la supernova de tipo Ib (posee potentes líneas de helio pero no hay hidrógeno en su espectro, aunque observaciones efectuadas con telescopio en torno a la SN 2014C sembraron dudas al respecto porque esa supernova se encuadró en el grupo de tipo Ib y, sin embargo, poseía hidrógeno) y a la supernova de tipo Ic (sin helio ni hidrógeno, formadas por el colapso de una estrella masiva a raíz de su peso propio, cuyo estallido suele producir rayos gamma).
La denominada supernova de tipo II, suele ser una estrella supermasiva cuyo combustible se ha agotado y por ello termina colapsando violenta y velozmente.
Hallazgos recientes
Son continuos y cada vez más exhaustivos los estudios astronómicos, por eso con cierta frecuencia salen a la luz descubrimientos relevantes que despiertan la curiosidad y el interés tanto de expertos como de gente común. Entre los hallazgos recientes relacionados con las supernovas vale la pena detenerse en las novedades que surgieron gracias a una imagen que registró el Telescopio Espacial James Webb.
De acuerdo a la prensa especializada, data de muchos años la intriga científica acerca de Casiopea A, un remanente de supernova brillante donde únicamente quedan polvo y remolinos de gas. Estudiarlo enriquece los saberes focalizados en el ciclo de vida que tienen las estrellas, por eso ha causado una revolución el material visual que permite apreciar en detalle el interior de la estrella explotada. Este remanente, según ha trascendido, se despliega por alrededor de un diámetro de 10 años luz. Es necesario considerar que un año luz, que da cuenta de la distancia que de manera anual logra recorrer un rayo de luz, equivale a 9,46 billones de kilómetros.
Tampoco hay que pasar por alto la información que responsabiliza a una supernova de la destrucción o perturbación momentánea, como consecuencia de su brillante explosión de rayos gamma, de un sector de la atmósfera superior de nuestro planeta, desestabilizando a las moléculas de ozono encargadas de la absorción de la radiación solar.
Supernovas destacadas
Entre la gran cantidad de supernovas detectadas a lo largo de la Historia hay varias de ellas que han conseguido sobresalir por distintas razones. Entre las supernovas destacadas se recuerda a una situada en la constelación de Casiopea, bautizada como SN 1572 (llamada asimismo supernova de Tycho), que ha podido ser apreciada a simple vista.
Otra supernova histórica es la SN 1054 (nebulosa del Cangrejo) que también se observó con facilidad durante decenas de días y cientos de noches. Fue un púlsar el que explotó y dejó residuos de carácter compacto y dio origen a la catalogada como nebulosa del Cangrejo.
La SN 1604 (o Kepler’s Supernova) y la supernova 1987A son otros ejemplos, en estos dos casos, de supernovas visibles en la Vía Láctea.
Enlace de interés:
https://spaceplace.nasa.gov/supernova/sp/