El concepto de tetravalencia no es aceptado por la Real Academia Española (RAE). En cambio, sí aparece en el diccionario el término tetravalente, un adjetivo que alude a aquello que, en el terreno de la química, tiene cuatro valencias.
Recordemos que la valencia es la cifra que revela cómo se puede combinar un átomo con otros para la formación de un compuesto. Esto se debe a que la valencia indica la cantidad de electrones de los que dispone un elemento químico al formar un enlace con otro. La valencia también refleja el número de oxidación del elemento.
La importancia del número de oxidación
El número de oxidación (también llamado estado de oxidación) es un número entero que sirve para representar la cantidad de electrones que recibe un átomo o bien que brinda a otros para que dispongan de ellos a la hora de formar un determinado compuesto, y esto se expresa con un signo menos o un signo más, respectivamente.
En otras palabras, si este número es positivo, entonces el átomo pierde o comparte electrones (esto último tiene lugar si existe un segundo átomo, el cual sea capaz de captarlos). Del mismo modo, un número de oxidación negativo indica que el átomo gana electrones, o bien que los comparte con uno que tienda a cederlos. Para la escritura de este valor indicativo se utilizan los números romanos, precedidos del signo correspondiente.
Características de la tetravalencia
La tetravalencia, de este modo, indica que el elemento químico tiene una tendencia a vincularse a través de cuatro enlaces covalentes. Esta particularidad está asociada a la estructura tetraédrica de las moléculas.
Las moléculas con dicha estructura presentan una geometría tal que existe un átomo en el centro y éste se enlaza químicamente con cuatro sustituyentes, uno en cada esquina de un tetraedro. Es importante señalar que un sustituyente es un grupo funcional, grupo alquilo o heteroátomo que, en un hidrocarburo, ocupa el puesto de un átomo de hidrógeno o bien el de un grupo saliente si hablamos de cualquier compuesto orgánico. Entre las especies químicas que representan este tipo de geometría tetraédrica se encuentran el ion amonio, el fosfato y el metano.
El rol del carbono
Puede decirse, en otras palabras, que la tetravalencia señala que un elemento cuenta con cuatro valencias: es decir, cuatro enlaces. Entre los elementos que disponen de tetravalencia se encuentra el carbono.
Gracias a la tetravalencia, el carbono tiene una amplia capacidad de combinación. Sus átomos, por lo tanto, se pueden vincular en estructuras complejas ya que cuentan con una cuádruple chance de establecer enlaces.
Estos cuatro enlaces se sitúan de modo simétrico en el espacio, dirigiéndose a las líneas que vinculan el núcleo del tetraedro con sus vértices. En la actualidad se conocen unos dieciséis millones de compuestos de carbono.
Vacuna tetravalente
Se llama vacuna tetravalente contra la influenza, por otra parte, a aquella que brinda protección contra cuatro clases de diferentes de este virus: dos de la influenza A, y dos de la B. Anteriormente, y durante varios años, la vacuna era trivalente, ya que sólo protegía contra tres tipos de influenza: un virus de la A H1N1, uno de la A H3N2 y uno de la B. Si bien en gran parte de las temporadas de influenza son dos los virus B más comunes, en un principio los científicos sólo pudieron escoger uno de ellos.
Sobra decir que los avances que permitieron convertir la vacuna trivalente en tetravalente la convirtieron en una opción mucho más efectiva. Aunque el nombre sea el mismo en todos los casos, se presenta en seis versiones diferentes, según el grupo etario; por otro lado, también existen variaciones para personas con determinados factores, como ser alergias o problemas de salud específicos.