El tiempo verbal permite representar el orden cronológico de los acontecimientos que se cuentan según el momento de la narración.
Con origen etimológico en el vocablo latino tempus, tiempo es un término con varios usos. En este caso, nos interesa su acepción como el paradigma que se aplica en la conjugación de un verbo según la categoría temporal.
Verbal, en tanto, es un concepto procedente del latín tardío verbālis que alude a aquello vinculado a una palabra o, específicamente, al verbo. Los verbos, a su vez, son palabras que varían en número, persona, aspecto, modo y tiempo.
La idea de tiempo verbal, en definitiva, hace referencia a uno de los parámetros que se utilizan para conjugar un verbo, lo que permite plasmar la expresión de una diferencia lingüística. Para comprender la noción, de todos modos, se deben analizar varios conceptos.
TemasQué es un tiempo verbal
Como ya indicamos, los verbos tienen elementos que se modifican de acuerdo a distintas cuestiones. La adaptación del verbo a sus diversas formas según el contexto se conoce como conjugación.
El tiempo verbal, en este marco, representa el orden cronológico de los sucesos narrados en un discurso. Se trata de una referencia lingüística que contribuye a la organización del mensaje.
Hay que tener en cuenta que el tiempo verbal no es el tiempo físico que mide el reloj o que aparece en un calendario. Se trata de un factor que se vincula con la situación del hablante, reflejando el aquí y el ahora del momento comunicativo.
Es importante considerar que el tiempo verbal depende de cada lengua. Puede diferenciarse entre el tiempo relativo y el tiempo absoluto, por ejemplo.
El tiempo verbal se establece según el momento del acto comunicativo.
Algunos ejemplos
Un mismo verbo (es decir, una misma acción) se conjuga de distintas formas según el tiempo verbal. A grandes rasgos, se distingue entre el pasado, el presente y el futuro, lo que implica que la acción ya se hizo, se está haciendo o se hará. Por otra parte, la conjugación depende del modo gramatical y de la persona.
Tomemos el caso del verbo jugar. Si se expresa la primera persona del singular (yo), puede indicar: “Ayer jugué al fútbol” (la acción ya terminó) / “Estoy jugando al fútbol, luego te llamo” (la acción se desarrolla en el momento de la enunciación) / “Mañana jugaré al fútbol” (la acción todavía no se concretó). Además, hay otras posibilidades, como “He estado jugando al fútbol”, “Había jugado al fútbol”, “Habré jugado al fútbol”, etc.
Veamos ahora el verbo comer. Considerando la tercera persona del plural (ellos), podemos advertir tiempos verbales que generan conjugaciones como “Ellos comieron tres pizzas”, “¿Siempre comen tanto?”, “Los chicos comerán hamburguesas y nosotros, pastas”, “Creo que ya han comido demasiado” y “Para entonces, habrán comido varios kilogramos de carne”, por mencionar algunas posibilidades.
La expresión del tiempo verbal
Aunque parezca una reproducción precisa de la realidad, el tiempo verbal siempre refleja aquello que percibe el hablante. O, dicho de otra forma, expresa el momento de su acto de comunicación.
En concreto, el tiempo verbal se define según cómo o dónde el emisor sitúa el acontecimiento respecto a su mensaje. Puede ubicarlo antes del acto comunicativo, en el mismo instante o como aún no sucedido, considerando además diversos matices en cada caso.
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