Se denomina viroide a un agente infectivo que puede provocar una enfermedad en su huésped. Aunque funcionan de manera similar a los virus, a diferencia de éstos los viroides carecen de lípidos y de proteínas.
Descubiertos en 1978, se sabe que los viroides pueden infectar a las plantas. No se descubrieron, en cambio, viroides que afecten a los animales (incluyendo al ser humano).
Como carecen de actividad metabólica por fuera de las células a las que infectan, ni los viroides ni los virus son seres vivos. Es importante mencionar que, gracias a la autocatálisis del material genético, los viroides logran infectar a sus huéspedes.
Los viroides se componen de una cadena de ácido ribonucleico (ARN) de escasa extensión, que puede tener forma de vara o circular. Los expertos, que ya han descubierto cerca de trescientos viroides, consideran que se trata de los organismos infectivos de menor complejidad en cuanto a su estructura y sus genes.
Hay muchas cuestiones de los viroides que aún se desconocen. No se sabe, por ejemplo, cómo logran replicarse, aunque sí se advierte que suelen alojarse en los núcleos de las células. Tampoco se ha observado que los viroides codifiquen proteínas o que su ARN actúe como ARN mensajero.
Capaces de infectar a plantas herbáceas o leñosas de las familias dicotiledóneas y monocotiledóneas, los viroides afectan a las plantas superiores. Las temperaturas altas y la luminosidad contribuyen a su replicación y a la manifestación de los síntomas de la infección, que puede incidir en el tomate, la patata (papa) y los cítricos, por citar algunas posibilidades.
Es importante subrayar que son muchos los posibles huéspedes de los viroides; del mismo modo, existen diversas enfermedades asociadas a los viroides, algunas de las cuales se mencionan a continuación:
* Cadang-cadang del cocotero: se trata de una enfermedad hallada especialmente en el árbol de coco. A nivel mundial, suele aparecer principalmente en el centro de Filipinas. Este trastorno fue descubierto en el año 1927 y desde entonces ha causado la muerte de varios millones de palmeras de la isla, ya que se estima que el número de víctimas anuales ronda el millón. Con respecto a su impacto en el comercio, este viroide perjudica directamente a los fabricantes de aceite de coco. Dado que los síntomas se manifiestan de forma lenta, a lo largo de hasta quince años, no es fácil diagnosticar esta enfermedad a tiempo;
* Exocortis de los cítricos: a grandes rasgos, podemos decir que esta enfermedad se advierte cuando aparecen grietas verticales y escamas en la corteza de la fruta, además de enanismo y manchas amarillas. Para evitar la exocortis es necesario llevar un control adecuado de los cultivos, algo que los agricultores aseguran no es difícil de conseguir. Entre las especies más afectadas por esta enfermedad se encuentran algunas variedades de pomelo, limón y lima. Los síntomas antes mencionados se pueden observar debajo del punto en el que se unen el porta injerto y el injerto;
* tubérculo ahusado de la patata: si bien los síntomas varían de acuerdo a la clase de patata, las condiciones del ambiente, los años que haya durado la infección y la cepa del viroide, es posible nombrar ciertos signos generales, como ser un aspecto raquítico, un marcado enanismo, hojas mustias, oscurecidas, rugosas y ligeramente enrolladas. Esta enfermedad resulta especialmente grave dada la importancia de la patata en la industria.
En el contexto de los viroides, a menudo nos encontramos con el concepto de prion, un agente infeccioso que se compone de una proteína con la capacidad de generar agregados moleculares aberrantes. Entre las enfermedades degenerativas que puede producir se encuentran la de Creutzfeldt-Jakob, la encefalopatía espongiforme bovina y la tembladera.
