Voz es un vocablo que procede del latín vox y que permite dar nombre al sonido que se produce con la vibración de las cuerdas vocales mediante el aire que es expulsado por los pulmones y que sale por la laringe. El término también se usa para hacer mención a la potencia, el timbre y otras propiedades de dicho sonido.
El aparato fonador del ser humano, que permite la generación de la voz, está formado por los órganos que utilizamos para respirar (la tráquea, los bronquios y los pulmones), aquéllos destinados a la fonación (la laringe, la faringe, las cuerdas vocales) y los que empleamos para la articulación (la lengua, los labios, el paladar, los dientes).
Diversos usos del término
La noción de voz puede referirse al sonido que producen ciertas cosas sin vida (como el viento), a la expresión o el discurso encendido, al vocablo o término y al cantante, que se expresa de manera musical. Por ejemplo: «Me gusta escalar montañas para escuchar la voz del viento», «Señor, voy a tener que pedirle que baje la voz o me veré obligado a llamar al personal de seguridad», «Limay es una voz quechua que significa rumorosa», «Freddy Mercury era la voz principal de Queen».
Otros usos del concepto se refieren a la fortaleza que obtienen ciertas cuestiones a partir de la coincidencia de opiniones y al poder para realizar algo en nombre de otra persona: «El gobierno ha escuchado la voz de los vecinos y tomará nota del mensaje de las urnas», «Traigo conmigo la voz de los mártires de mi pueblo».
Dominio de la voz
Los cantantes de ópera, que pasan años preparándose para su debut y que continúan estudiando y perfeccionándose hasta el final de sus carreras, asumen la difícil misión de dominar la voz, un instrumento que tiene la particularidad de llevarse siempre con uno, pero también de estar vivo (en todo el sentido del concepto) y, quizás su aspecto más peculiar, de no poder verse ni tocarse.
Esto convierte las clases de canto en auténticos desafíos, que sólo pueden superar aquellas personas que sean capaces de abstraerse e interpretar correctamente los consejos de sus maestros, generalmente adornados de comparaciones absurdas; por ejemplo: «para atacar esa nota, debes imaginar que te deslizas por una montaña nevada y que balanceas el cuerpo hacia atrás para no caerte hacia adelante».
La variedad de ejemplos «prácticos» que se emplean en la enseñanza del canto para intentar transmitir los conocimientos técnicos es muy amplia y, como es de esperarse, muy a menudo generan más confusión que entendimiento. Sin embargo, es necesario subrayar lo difícil de dicha tarea, ya que el cantante profesional se apoya en una serie de sensaciones que considera correctas, y las busca en cada ejecución para asegurarse de producir un sonido agradable y afinado, con el grado de intensidad que requiera la música a cada momento y con la suficiente flexibilidad como para expresar adecuadamente una determinada pieza.
A pesar de la dedicación de muchos cantantes, que a veces comienzan a estudiar en su adolescencia y que rechazan el ocio asociado con su edad en pos de un futuro profesional, muy rara vez se los llama «músicos»; un comentario normal habla de «el cantante y los músicos». Más extraño aún es que la voz sea considerada un instrumento. En el primer caso, los y las responsables son probablemente los divos y las divas, sobre todo aquellas estrellas del siglo pasado, que anteponían lujosos trajes y vestidos (más peinados y accesorios) al arte que debían representar.
Una categoría morfosintática
La noción de voz gramatical, por último, hace alusión a una categoría morfosintáctica.
Esta categoría está vinculada al verbo y señala el nexo semántico que existe entre el objeto, el sujeto y el verbo.