Glotonería o gula
El acto de zampar se asocia a la glotonería o la gula. Quien zampa ingiere los alimentos con avidez. La ansiedad típica de esta acción suele repercutir de manera muy negativa en el proceso digestivo. En algunos casos, puede derivar en trastornos a corto o largo plazo, además de complicaciones tan graves como la apendicitis.
Nótese que, a pesar de las posibles consecuencias de comer o beber de esta manera, este verbo se usa en el lenguaje coloquial, con un carácter generalmente cómico, como se puede apreciar en los siguientes ejemplos: “Tengo tanta hambre que apenas llegue a mi casa me voy a zampar una pizza entera”, “¿Cómo te vas a zampar un litro de cerveza casi sin respirar? Es obvio que te va a caer mal”, “Pienso sentarme en la taberna y zampar hasta que me echen del lugar”.
En la primera oración de ejemplo, el emisor expresa que siente mucha hambre, y que por esa razón comerá «una pizza entera». Esto no tiene que derivar en dicha acción necesariamente, sino que puede ser una forma cómica de expresar sus ganas de comer entre amigos o con personas de confianza. El emisor de la segunda le explica a su interlocutor que no es sano beber grandes cantidades de cerveza de un solo trago, ya que el malestar será inevitable.
El último ejemplo retoma el carácter cómico o poco serio que vimos en el primero. El emisor anuncia que cuando llegue a la taberna comerá hasta que lo echen. Para que los dueños de un establecimiento fuercen a un cliente a irse de sus instalaciones éste debe cometer una falta, como ser agredir a alguien o fumar dentro del edificio; quedarse hasta el momento del cierre, de hecho, tampoco amerita que lo echen, sino que simplemente le comuniquen que ha llegado el momento de abonar el servicio y retirarse.
Acción violenta
Zampar también alude a aplicar, propinar o descargar. La noción se emplea sobre todo cuando algo se arroja o se lanza con violencia: “No tienes que zampar un golpe a la máquina que funcione; es cuestión de usar la cabeza y razonar”, “El burro me zampó una patada apenas me acerqué”, “Zampar un piedrazo nunca es una buena opción”.
Esta es otra acepción muy usada en diferentes regiones de habla hispana, solamente en el habla cotidiana. En la expresión «zampar un golpe», el verbo se puede sustituir por «acestar» o «propinar», por ejemplo, para que pierda automáticamente su carácter informal y pueda ser usado en un texto informativo.
Lo mismo ocurre con «zampar una patada»; basta, incluso, con usar el verbo «dar» para que la expresión se vuelva formal y pueda ser usada en cualquier ámbito. Por último, «zampar un piedrazo» hace referencia a «arrojar una piedra» a alguien o algo, con la intención de provocar un daño. Esta acción es tan peligrosa como ilegal.
Hermenegildo Zampar
Hermenegildo Zampar es un modisto y diseñador de indumentaria argentino. Ha escrito varios libros sobre moldería y sobre historia de la moda y además dirige un centro de formación que lleva su nombre.
El Instituto Superior de Indumentaria Hermenegildo Zampar cuenta con cinco sedes en Córdoba, cinco en Buenos Aires, dos en Tierra del Fuego, dos en Santa Fe, una en Chubut y una en Santa Cruz. Además está presente en Bolivia con instalaciones en La Paz y en Cochabamba. También ofrece cursos a distancia.