Se conoce como baliza a la señal que, ya sea móvil o fija, se instala en un lugar para realizar una advertencia o con la intención de orientar el tráfico de vehículos. Al acto de señalizar con balizas se lo denomina balizar, mientras que su resultado recibe el nombre de balizamiento.
Las balizas, en definitiva, son elementos que sirven para advertir sobre un eventual peligro o riesgo. La mayoría de las balizas emiten señales luminosas, aunque también existen balizas que se basan en señales de radio o en señales de ultrasonido.
En el ámbito de la navegación, las balizas se emplean para marcar diversas cuestiones y orientar a las embarcaciones. Un faro, por ejemplo, es una baliza que advierte a los navegantes sobre la proximidad de la costa o de una isla.
Los rascacielos, las antenas de televisión o radio y las torres de transmisión de energía eléctrica también pueden contar con balizas en su parte superior para que resulten fácilmente visibles. De este modo los pilotos de aviones y helicópteros son advertidos sobre estas estructuras y se minimizan los riesgos de accidentes.
En algunos países, es obligatorio que los automóviles cuenten con balizas portátiles en su interior para que, en caso de un desperfecto mecánico en una carretera (ruta), el conductor realice la señalización correspondiente, ubicando una baliza adelante del coche y otra detrás.
También se llama baliza a la luz intermitente que advierte sobre la detención del automóvil: “Tú ve a buscar a Andrés: yo te espero en el coche en la puerta del colegio, con las balizas encendidas”.
El concepto de baliza también aparece en el contexto de las carreras de orientación, un deporte que se originó en Escandinavia y que consiste en recorridos cronometrados llevados a cabo de forma individual o grupal, en los cuales cada participante debe contar con una brújula y con un mapa para encontrar el camino.
A lo largo del recorrido de una carrera de orientación se colocan una serie de controles por los cuales deben pasar los participantes (estos últimos no deben conocer su ubicación antes del comienzo de la competencia). Dichos puntos se señalizan con las denominadas balizas de orientación, y cada corredor puede usar una ruta diferente, usando sus propios métodos de navegación.
Gracias al uso de una brújula, los competidores pueden trazar su recorrido para evitar pasar dos veces por un mismo punto, a menos que así lo deseen. La modalidad más popular de carrera de orientación se practica a pie, aunque también existen la orientación en bici, sobre esquí y en Kayak, entre otras.
De acuerdo con lo establecido en por la Federación internacional de orientación en su reglamento, la baliza de orientación es un elemento que se utiliza para señalizar los controles y debe tener la forma de un prisma triangular rígido recubierto de tela. Cada una de las caras de la baliza debe ser cuadrada, con dimensiones de 30 x 30 cm o 15 x 15 cm, según las características del espacio de juego, y estar dividida en dos triángulos, uno blanco y uno naranja.
Dado que la función de estas balizas es ayudar a los corredores a ubicarse en el mapa, es muy importante que se encuentren en puntos fácilmente visibles, y para ello resulta muy útil ubicarlos a una cierta distancia del suelo. Con respecto al soporte, puede usarse tanto un elemento artificial (como puede ser una valla) como uno natural (una rama de un árbol). La decisión del tipo de soporte para la baliza debe tomarse de acuerdo con las característica del terreno en cada punto particular de la carrera; por ejemplo, mientras que sobre un suelo de tierra es común clavar una estaca, sobre el asfalto se suelen colocar estructuras de madera llamadas borriquetas.
