Un accidente de trabajo es una contingencia que le ocurre a una persona en el marco de su actividad laboral o mientras se dirige desde su domicilio hacia su lugar de empleo (o viceversa). La legislación brinda protección a los trabajadores ante esta clase de accidentes.
Cabe destacar que accidente es un término que deriva de accĭdens, una palabra latina. Se trata del evento que se causa un daño involuntario o que modifica el estado habitual de los sucesos. Trabajo, por su parte, es un concepto con varios usos: en este caso nos importa su acepción como la actividad que se desarrolla a cambio de una retribución económica.
El concepto
Los accidentes de trabajos pueden tener diferentes grados de gravedad. En algunos casos, provocan apenas una molestia y no dejan secuelas. En otros, en cambio, causan lesiones que pueden ser temporales o permanentes. Hay accidentes de trabajo que incluso causan la muerte del trabajador.
Ante estos potenciales efectos, las personas que trabajan deben contar con una cobertura. Dicho amparo suele ser brindado a través de una aseguradora, cuyo pago suele ser obligación de la empresa que contrata al trabajador.
Tipos de accidente de trabajo
Además de todo lo expuesto, hay que tener claro cuáles son las situaciones que se encuentran consideradas accidentes de trabajo:
- Los accidentes llamados in itinere, que son los que se producen cuando el empleado va o vuelve de su puesto de trabajo.
- Los accidentes en misión. Bajo tan singular nombre se encuentran los que sufre el trabajador durante el trayecto que le lleva, por orden de su jefe, del centro de trabajo a un lugar que se le haya indicado.
- Los accidentes que sufren los delegados sindicales ejerciendo esta labor, tanto en el lugar donde la desarrolla como acudiendo o marchándose del misma.
- Las enfermedades que se tenían pero que se han agravado como consecuencia del trabajo que se realiza.
- Los accidentes que se sufren realizando propiamente las labores que se tienen encomendadas en el puesto laboral.
- Las enfermedades que se adquieren y que derivan exclusivamente del empleo.
El caso de España
En España, el empresario es el encargado de cotizar, de manera mensual, a la Seguridad Social por todos sus trabajadores. De esta forma, lo que está haciendo es que, en caso de que los mismos sufran un accidente laboral, puedan ejercer diversos derechos, entre los que destacan los siguientes:
- Derecho a la prestación por incapacidad temporal.
- Derecho a la asistencia sanitaria.
- Derecho a la prestación pertinente por incapacidad permanente.
- Derecho a la indemnización en caso de muerte en accidente de trabajo.
- Derecho a la indemnización por lesión que no sea invalidante.
Ejemplo de accidente de trabajo
Supongamos que un obrero que trabaja en la construcción de un edificio se fractura una pierna al caer desde un andamio. Este individuo no solo tiene derecho a seguir percibiendo su salario aunque no pueda trabajar debido al accidente: también tiene que tener cubiertos los gastos médicos y, si corresponde, recibir una indemnización. La empresa que lo contrató, de hecho, está obligada por ley a asumir estas obligaciones.
Por eso es importante que los trabajadores estén registrados y cuenten con un contrato laboral: de lo contrario, ante un accidente de trabajo, el empleador puede intentar no hacerse cargo de su responsabilidad.