Amensalismo es un concepto presente en el ámbito de la Biología que identifica a la interacción de carácter biológico en la cual un determinado organismo (catalogado como amensal) se perjudica al no poder crecer o reproducirse pero, al mismo tiempo, otro ser vivo no padece ningún cambio a raíz de ese vínculo entre ambos. Para este último especimen, la relación es neutra ya que no se beneficia ni se deteriora, es decir, no gana ni pierde nada en el marco de esta situación. Se trata de una cuestión que puede explicarse desde el instinto de supervivencia manifestado por numerosas especies.
Tipos de amensalismo
Hay tipos de amensalismo que dejan al descubierto distintas realidades que se presentan constantemente en el medio ambiente, involucrando a seres vivos vertebrados e invertebrados con múltiples particularidades que se distribuyen a lo largo y ancho del planeta Tierra.
La antibiosis, por citar un ejemplo, es una variedad de amensalismo que se traduce en la imposibilidad de que dos especies coexistan en un mismo entorno. Como uno de los organismos involucrados genera y propaga antibióticos, la comunidad restante no tiene chances de sobrevivir cerca de ellos.
Al hacer foco además en ciertas plantas con el objetivo de detectar casos de amensalismo consigue protagonismo la noción de alelopatía. Así se define a un fenómeno que involucra a un organismo preparado para producir y liberar compuestos bioquímicos que afectan, entorpecen y hasta impiden la aparición, reproducción y supervivencia de múltiples especies del reino vegetal.
Alcance y aplicación de las interacciones biológicas
El alcance y la aplicación de las interacciones biológicas dependen siempre de las características del vínculo que se va estableciendo entre diferentes comunidades o especies de seres vivos.
En la naturaleza, tal como desde hace años demuestra e investiga la ciencia, hay casos de simbiosis, depredación, comensalismo, neutralismo, competencia, mutualismo y amensalismo, por ejemplo. Esta última relación mencionada sirve mucho a la hora de analizar las cadenas alimentarias en diversos ecosistemas. Contribuye, asimismo, a entender cómo las plagas impactan en la agricultura y qué factores, tanto abióticos como bióticos, van condicionando, afectando y promoviendo cada evidencia de amensalismo.
Ejemplos de amensalismo
Ejemplos de amensalismo pueden encontrarse en el agua, en el suelo y en el aire, involucrando a los diversos niveles tróficos que aparecen en la pirámide ecológica.
Existen microorganismos, por detallar una referencia concreta, que producen condiciones o sustancias que resultan perjudiciales o tóxicas para otros seres. Así ocurre, específicamente, con el Penicillium notatum, un hongo capaz de secretar una sustancia que impide que sobrevivan o se desarrollen numerosas clases de bacterias.
El árbol conocido como eucalipto, en tanto, también libera una sustancia que otras especies de origen vegetal puedan crecer a su alrededor o subsistir sin daños. Y si nos centramos en los árboles, tampoco hay que olvidar que existen ejemplares muy altos y tupidos que terminan perjudicando a plantas y arbustos de escasa altura ya que, al generar sombra, les impiden recibir la luz solar.
Incluso la excesiva presencia de algas provoca una situación nociva para plantas, peces y otras criaturas marinas porque ellas se caracterizan por contener un elevado nivel de arsénico y producir toxinas.
Los desechos orgánicos de origen animal también son causantes de la contaminación ambiental que atenta contra la existencia de una gran cantidad de organismos.
Conceptos vinculados a la interacción biológica
Hay conceptos vinculados a la interacción biológica que hay que conocer, entender y tener presentes para poder tomar conciencia de la importancia que tiene, por ejemplo, el amensalismo en relación a la biodiversidad y a la adaptación evolutiva de las especies.
En primer lugar, es necesario recordar que se describe como interacciones biológicas a los vínculos que, en el marco de un cierto ecosistema, surgen entre los seres que integran la comunidad biológica reinante. Las relaciones o conexiones pueden involucrar a miembros de una misma especie o extenderse a otras clases de organismos. Si la interacción biológica contempla a al menos dos individuos de reinos o familias diferentes, señalan los expertos en estas cuestiones de la naturaleza, se habla de una asociación o relación interespecífica. Cuando se detectan casos de vegetales o animales de especies distintas que se asocian, en tanto, cobra relevancia la idea de simbiosis, especialmente si unos, los simbiontes, consiguen algún beneficio o ventaja a raíz de ese lazo.
Tampoco hay que pasar por alto que en cada hábitat los vegetales y los animales cumplen un rol o una función y despliegan estrategias para sobrevivir. En pos de garantizar su supervivencia y bienestar, las especies desarrollan tácticas de ataque, defensa y protección, compiten por presas o por hembras, buscan alimento y se organizan para resguardar a las crías, por ejemplo. Los modos de actuar ante la presencia de otras especies y bajo la influencia de condiciones ambientales determinadas se engloban dentro de la expresión nicho ecológico.