La amortización es el acto y el resultado de amortizar. Este verbo, que procede del vocablo latino admortizare, hace referencia a la extinción del capital de una deuda, a la compensación o recuperación de una inversión y a la eliminación de puestos vacantes en una entidad.
La idea de amortización, de este modo, se utiliza en el terreno de la contabilidad y de la economía. El concepto suele usarse con respecto a la depreciación de un valor en el tiempo, ya que se lo divide en diferentes periodos.
Amortización de una deuda
De acuerdo a la primera de las acepciones mencionadas líneas arriba, la amortización puede tratarse del pago de una deuda en cuotas, incluyendo el desembolso de los correspondientes intereses. Con cada uno de los pagos, el deudor reduce la deuda y abona los intereses.
Las amortizaciones son dichos pagos de la deuda. Es decir: cada desembolso que se hace para reducir la deuda es una amortización. Según cómo se pagan los intereses, la amortización puede realizarse con el sistema americano, el sistema alemán o el sistema francés, los cuales se describen a continuación:
- El sistema americano: reconoce solamente una amortización, la cual se realiza cuando finaliza la vida del préstamo, ya que a lo largo de este período simplemente se deben abonar intereses. Dado que no existen pagos de capital que tengan lugar entre el comienzo y el final de la deuda, se puede fijar el valor de los intereses anuales. Es posible decir que este concepto se opone al de depreciación.
- El sistema alemán: éste también se conoce con el nombre de sistema de cuota de amortización fija, el cual describe en gran parte el concepto, así como el hecho de que la cuota total y los intereses sean decrecientes. Uno de sus rasgos principales es que en cada anualidad se debe pagar el interés de manera anticipada.
- El sistema francés: en este caso, el objetivo es definir una cuota fija, y para ello se debe realizar un cálculo sobre el interés compuesto que permita segregar el creciente (que también se puede considerar el principal) de los decrecientes.
Perdida de valor por uso
Una amortización técnica, por otra parte, se lleva a cabo a medida que un bien pierde valor por su uso o por el correr del tiempo. Para compensar esta pérdida, es habitual que las empresas establezcan fondos de amortización: cada año realizan un aporte económico para que, cuando haya finalizado la vida útil del bien que se amortizó, se pueda reponer.
En palabras más simples, la amortización implica la consideración de la pérdida de valor de un bien (un activo de una empresa) por el paso de los años. Si las empresas no se tomaran el trabajo de cargar esta depreciación que atraviesan sus activos inmovilizados a lo largo del año, entonces se produciría una descapitalización, lo que en términos generales podríamos describir como un empobrecimiento, y por eso es tan importante establecer una política de amortización.
Otros usos del término amortización
Una de las acepciones del término amortizar que presenta el diccionario de la Real Academia Española (RAE) lo define como la «recuperación o compensación de los fondos que se han invertido en una empresa», y esto nos lleva a uno de los usos que recibe en el habla cotidiana, que hace referencia a «haber aprovechado de forma adecuada un producto«.
Veamos algunas oraciones de ejemplo de esta última acepción en el lenguaje popular: «La verdad es que con todos estos viajes no podemos negar que hemos amortizado el coche», «No te preocupes por la avería, que este aparato ya estaba más que amortizado después de tantos años de uso», «Sé que es un ordenador muy caro, pero vale la pena porque sé que lo voy a amortizar».