El término aptitud, que procede del vocablo latino aptitūdo, alude a la capacidad o la competencia para el desarrollo de una tarea o el ejercicio de una actividad. Físico, por su parte, es un concepto con varios usos: en este caso nos interesa su acepción como aquello vinculado a lo corporal o al cuerpo.
La idea de aptitud física se relaciona con la capacidad orgánica de una persona para la realización eficiente de una actividad que implica el uso del cuerpo. Quien dispone de una buena aptitud física logra desarrollar ejercicios de manera extendida en el tiempo sin experimentar síntomas de fatiga, y luego consigue recuperarse en un lapso breve.
La aptitud física también se relaciona con el funcionamiento saludable de los órganos. Una persona con una deficiencia orgánica puede no contar con la aptitud física necesaria para realizar ciertas actividades.
La importancia de la aptitud física
Puede decirse que es necesario contar con una aptitud física básica para el desarrollo de ejercicios no competitivos, como caminar o trotar. Para el deporte profesional, en cambio, el atleta debe tener una aptitud física óptima ya que su cuerpo es sometido a un gran esfuerzo.
Es posible mejorar la aptitud física mediante el entrenamiento. Al desarrollar cualidades como la fuerza y la elongación de los músculos, la capacidad aeróbica y la movilidad de las articulaciones, el individuo mejora su aptitud física y, de esta manera, consigue obtener un rendimiento más alto.
Evaluación para reducir riesgos
Hay que tener en cuenta que, para conocer la aptitud física de cada uno y potenciarla, se necesita consultar a un médico y a un preparador físico. Realizar ejercicios sin control es riesgoso para la salud.
En ciertos ámbitos, donde se exige un cierto tipo de aptitud física bien definido, es necesario recurrir a una evaluación. Para ello, suelen tomarse datos tales como el riesgo de enfermedad y las potenciales contraindicaciones para la realización de los ejercicios. Es importante señalar que se debe obtener el consentimiento firmado por parte de la persona antes de someterla a la prueba.
A través de los resultados de una evaluación de la aptitud física es posible identificar también las debilidades del individuo, y en base a estos datos establecer una serie de objetivos para que las combata. Para ello es necesario realizar pruebas específicas, que arrojen valores bien definidos, las cuales se deberán repetir a lo largo del proceso de perfeccionamiento para comparar el rendimiento de cada sesión con el inicial.
Componentes de la aptitud física
Resistencia cardiorrespiratoria
Se trata de la capacidad del aparato circulatorio y los pulmones para brindar a los músculos que estamos ejercitando el oxígeno y los nutrientes que necesitan de forma eficaz. Es posible medir el consumo máximo de oxígeno, o sea la velocidad a la que los músculos lo usan, para evaluar la resistencia cardiorrespiratoria. Una de las pruebas útiles para determinar este valor se denomina esfuerzo progresivo.
Aptitud musculoesquelética
Es la capacidad para realizar un trabajo que tienen los sistemas muscular y esquelético. Los tres puntos fundamentales de este componente de la aptitud física son la resistencia ósea, la muscular y la fuerza.
Peso y composición corporal
Estas dos propiedades del organismo se encuentran íntimamente ligadas: mientras que el peso nos habla de la masa o el tamaño del cuerpo, la composición relaciona esto con cantidades absolutas y relativas de tejido adiposo, hueso y músculo. Para modificarlos, se recomienda el entrenamiento de resistencia y el ejercicio aeróbico.
Flexibilidad
Es la capacidad de realizar movimientos articulatorios fluidos a lo largo de todo el rango posible. Algunos de los factores que la limitan son el tamaño y la fuerza de ciertos tejidos conectivos, como ser ligamentos y músculos, y la estructura ósea. Para aumentar este componentes de la aptitud física es ideal realizar estiramientos a diario.