Árnica es un género de planta cuyas especies forman parte del grupo familiar de las compuestas. Estas plantas tienen raíz perenne, su tallo puede alcanzar una altura de unos treinta centímetros, presentan hojas lampiñas de un lado y ásperas del otro y exhiben una flor terminal de color amarillo.
Características generales
Por su aroma intenso, el árnica suele provocar estornudos. Diversas especies se emplean en el ámbito de la medicina por sus propiedades.
Es habitual que la especie Arnica montana se destine al tratamientos de golpes y contusiones por contener una lactona (compuesto orgánico) conocida como helanalina. De este modo, el árnica se utiliza en la elaboración de antiinflamatorios.
Muchas veces con el árnica de esta variedad se preparan geles y pomadas. Dichos productos pueden aplicarse sobre la piel para reducir la hinchazón, favorecer la curación de hematomas y aliviar el dolor. Incluso se usan como parte del tratamiento de problemas cutáneos.
Es importante mencionar que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó la utilización de árnica para el alivio de dolores musculares localizados y esguinces. Sin embargo, aclara que su uso debe indicarse solo para mayores de 12 años de edad y recomienda acudir a un centro de salud si el alivio no llega a los tres o cuatro días.
Beneficios específicos
Comencemos por la artritis reumatoide y la osteoartritis, entre otras inflamaciones reumáticas. De acuerdo con diversas investigaciones a cargo de algunas importantes farmacéuticas, la pomada con árnica es muy eficaz para tratar la rigidez y los dolores que provocan estas condiciones en las manos y las rodillas. Además, el uso de flores de árnica para elaborar productos antiinflamatorios también sirve para ciertos problemas como la tendinitis.
Esta propiedad antiinflamatoria del género árnica, junto con sus poderes analgésico y vulnerario, pueden generar resultados comparables con los del ibuprofeno y otros similares ante casos de moratones, hematomas, contusiones, torceduras, bursitis, luxaciones y golpes, que siempre vienen acompañados de dolores de variada intensidad. Por esta razón, este producto natural y sus preparados se suelen relacionar con las actividades deportivas, así como las que exigen una gran inversión de destreza y energía física.
En un párrafo anterior hablamos de los esguinces, y en este apartado debemos agregar las mialgias y las distensiones musculares, tres problemas que un remedio con plantas de este género pueden combatir de manera eficaz si se combina con un tratamiento adecuado. Cuando se inflama un nervio a causa de la presencia de herpes pueden surgir dolores neurálgicos, y en estos casos también se puede apreciar la función analgésica y antiinflamatoria del árnica, aunque la comunidad científica todavía no ha respaldado esta información.
Los dolores en la boca, en especial los relacionados con los dientes se encuentran entre los más temidos y repudiados. Ya sea por la salida de una muela de juicio o por su extracción, o bien por una inflamación a causa de una infección, el árnica es un buen recurso también en estos casos. Con respecto a las irritaciones en la piel, las quemaduras de poca gravedad, las urticarias, los picores, el acné y las picaduras de mosquitos, existen remedios con estas plantas que actúan calmando la inflamación y promoviendo la cicatrización.
Pedir árnica
Cabe destacar, por otro lado, que el diccionario de la Real Academia Española (RAE) reconoce la locución verbal pedir árnica. Esta expresión hace referencia a solicitar piedad o compasión. Por ejemplo: «Las dificultades financieras llevaron a la empresa a pedir árnica y el gobierno se comprometió a otorgarle un subsidio para que pueda seguir en funcionamiento», «El jugador sancionado no está dispuesto a pedir árnica», «Al verse derrotado, el luchador pidió árnica y se rindió».