La astrología es una pseudociencia: una disciplina que se presenta como científica pero que, sin embargo, no respeta el método científico. De este modo, sus conocimientos no se encuentran basados en lo empírico ni pueden medirse.
De acuerdo a quienes creen en la astrología, es posible obtener información sobre la personalidad de los seres humanos y realizar predicciones a partir del estudio de los astros. Los astrólogos, por lo tanto, analizan la ubicación y los movimientos de las estrellas para brindar datos sobre el carácter de los individuos y anticipar hechos que ocurrirán en el futuro.
Con respecto a la etimología del término, su origen se encuentra en la lengua griega, de donde más tarde pasó al latín. Se compone de las siguientes palabras: άστρον, que puede definirse como «estrellas»; y λόγος, cuya definición incluye los conceptos «compendio, discurso» y «tratado». En este caso en particular debemos decantarnos por «discurso acerca de las estrellas».
Historia de la astrología
La historia de la astrología es muy amplia; el ser humano lleva milenios mirando al cielo para encontrar respuestas a sus preguntas existenciales, y esto se ha dado en todas partes del mundo. Los chinos, los mayas y los hinduistas, entre otras culturas, encontraron relaciones entre los eventos astronómicos y la realidad en la Tierra basados en la observación de la bóveda celeste y esto derivó en el desarrollo de complejos sistemas de predicción.
No obstante, las raíces de la astrología no han sido definidas con claridad, dado que se cree que tiene al menos cuatro milenios de antigüedad; sin embargo, algunos expertos aseguran que se encuentran en los calendarios agrícolas usados para anticipar los cambios de las estaciones e interpretar los ciclos de las estrellas como señales de mensajes divinos. Entre los años 1950 y 1651 a. C., período que se corresponde con la primera dinastía mesopotámica, ya se llevaba a cabo una forma de astrología.
En China, la astrología surgió unos cuantos siglos más tarde, ya sobre el principio del último milenio antes de nuestra era, a lo largo de la dinastía Zhou. Tan sólo trescientos años antes del nacimiento de Cristo, se desarrolló en Alejandría la primera versión del actual horóscopo astrológico, como resultado de la fusión entre la astrología decánica egipcia y la helenística. Este saber llegó a las antiguas Roma y Grecia cuando Alejandro Magno conquistó Asia Menor. Luego los musulmanes conquistaron Alejandría y entonces los islámicos comenzaron a estudiar la astrología.
El horóscopo
El principal método de predicción de la astrología es el horóscopo. Este sistema indica cómo es una persona según la ubicación de los astros en el instante de su nacimiento. Este estudio, dicen los astrólogos, también sirve para anticipar acontecimientos.
Para los científicos, la supuesta efectividad del horóscopo está dada por la elevada probabilidad, por la vaguedad de las adivinaciones y por un fenómeno de la psicología que hace que los individuos recuerden los aciertos y dejen de lado las equivocaciones. Por ejemplo: un astrólogo puede escribir un horóscopo que indica que las personas nacidas bajo el signo de Cáncer tendrán, en el transcurso de los próximos días, una sorpresa. Quienes creen en la astrología pueden tomar una enorme cantidad de hechos (desde una llamada telefónica hasta una invitación a cenar, pasando por una novedad laboral, una visita o el estreno de una película) como la “sorpresa” anticipada por el horóscopo.
El sistema de horóscopos, así como la interpretación de la carta astral son elementos muy comunes en la cultura occidental, donde la astrología estudia el pasado y el presente para anticipar los eventos del futuro, además de explicar los rasgos de la personalidad partiendo de la actividad cósmica.