Cachemira es un término que puede emplearse como nombre propio para aludir a una región o como sustantivo común para hacer referencia a una fibra textil. La denominación del tejido, de hecho, está vinculada al lugar geográfico.
Se llama Cachemira a un territorio que se ubica en el subcontinente indio, al oeste de la cordillera del Himalaya. Se trata de un área que se reparten China, Pakistán e India, donde actualmente viven unos 13 millones de habitantes.
Territorio en disputa
La importancia de Cachemira se remonta mucho tiempo atrás. En el pasado tuvo una gran relevancia académica y espiritual; desde el siglo XIV, conviven en la zona hindúes, musulmanes y budistas.
A nivel político, el control de Cachemira se encuentra en disputa. De hecho, en el último siglo se han desatado varias guerras ya que China, Pakistán e India reclaman como propios distintos sectores.
Los orígenes de este conflicto se remontan a 1947, cuando el Raj británico se dividió y se crearon los Estados de Pakistán e India. Los países con intereses en Cachemira, desde entonces, esgrimen razones religiosas e históricas para reclamar su autoridad. Además existe un movimiento independentista de Cachemira.
La fibra cachemira
De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se conoce como cachemira, casimira, cachemir o casimir a una fibra textil que se realiza con pelo de cabra. El nombre está vinculado a que esta lana se produce con una especie de cabra originaria de la región de Cachemira.
La cachemira es un tejido escaso y costoso. Su ligereza, su suavidad y sus cualidades como aislante térmico hacen que resulte muy apreciado.
La fibra de la cachemira procede de la lana generada en los folículos secundarios de la cabra, que resulta más delicada que aquella que producen los folículos primarios. Por lo tanto, la cachemira no proviene de la capa externa del pelaje, a diferencia de lo que ocurre con la lana de oveja, por ejemplo.
Alta calidad, precio elevado
Las cabras de la especie empleada para la obtención de la cachemira viven en zonas muy frías. Por eso desarrollaron un pelaje grueso que les permite soportar las temperaturas extremas. De esta manera, la lana que se usa para la confección de bufandas y pulóveres o jersey es un excelente aislante térmico, como ya indicábamos líneas arriba.
Una particularidad es que cada cabra produce una cantidad muy acotada de este tipo de lana. Además la extracción no es sencilla, ya que a estas cabras no se las esquila como a las ovejas, sino que se realiza una recolección artesanal y cuidadosa. Esa escasez hace que la cachemira tenga un precio bastante elevado.
La producción mundial de cachemira pura es de unas 6.500 toneladas al año. Sin embargo, cuando se combina la cachemira con otra clase de lana o con fibras sintéticas como el nailon o el poliéster, la cifra crece a cerca de 20.000 toneladas. Se debe tener en cuenta que, en ocasiones, esta mezcla de cachemira (cashmere blend, según el etiquetado en inglés) apenas tiene un 5% de cachemira pura.