La Real Academia Española (RAE), en su diccionario, menciona como primera acepción del término calculador o calculadora a aquel o aquello que calcula: es decir, que realiza cálculos, cuentas y cómputos. En estos casos, se trata de un adjetivo.
Suele decirse que una persona es calculadora cuando actúa de una manera específica para obtener un beneficio propio o cuando dedica mucho tiempo y esfuerzo para considerar una situación y así tomar una decisión premeditada. Por ejemplo: “Mi vecina es una mujer calculadora, nunca hace nada de forma desinteresada”, “En mi carrera profesional soy calculadora, no me gusta actuar por impulso ni asumir grandes riesgos”, “No quiero tener vínculos con alguien tan calculador”.
Este adjetivo también puede tener una connotación claramente negativa, similar al primer ejemplo, en el cual se habla de una mujer que nunca actúa de forma desinteresada: acusar a alguien de calculador puede herir sus sentimientos si con esta palabra queremos decir que su forma de tratarnos no es sincera. Dicho esto, el sentido que cada uno le da a este término puede ser diferente, y por eso es necesario conocer el contexto para evitar un malentendido.
Como sustantivo, una calculadora es un dispositivo que permite la resolución de cálculos matemáticos. Puede funcionar mediante un mecanismo electrónico o mecánico, y ser una máquina física o una herramienta virtual.
Existen múltiples tipos de calculadora de acuerdo a la complejidad de las operaciones que pueden resolver. Como aparato, la calculadora funciona con una fuente energética (como una batería o pila) y tiene un teclado (para ingresar información), una pantalla (para exhibirla) y un circuito electrónico.
Con una calculadora básica es posible realizar sumas, restas, divisiones y multiplicaciones, entre otras operaciones simples. Las calculadoras científicas, por su parte, añaden funciones trigonométricas, pueden generar estadísticas y, en algunos casos, hasta exhibir gráficos animados a todo color.
Las computadoras (ordenadores), por otro lado, suelen tener calculadoras virtuales. Se trata de un software que cumple con las mismas funciones que los dispositivos ya mencionados. El sistema operativo Windows cuenta con una calculadora de este tipo.
Una de las ventajas de las calculadoras virtuales por sobre las tradicionales es que pueden realizar todas las operaciones de una científica, y también ofrecen la posibilidad de alterar su aspecto, tanto para simplificarlo como para complejizarlo. En pocas palabras, una calculadora virtual puede adaptarse a las necesidades y los conocimientos de cada usuario.
Por otro lado, la calculadora incluida en el sistema operativo Windows, por citar una de las más usadas, no ofrece la opción de visualizar gráficos, por ejemplo, y eso la vuelve bastante limitada para muchos estudiantes. Si bien todos podemos adquirir aplicaciones para el teléfono móvil que nos permitan realizar todos los cálculos y representar todas las funciones de una calculadora científica tradicional, la duración de la batería puede ser un inconveniente para algunas personas.
Además de la corta autonomía energética de los teléfonos móviles en contraste con la de las calculadoras tradicionales, se suma la falta de botones físicos, algo que muchos usuarios consideran una desventaja ya que afecta la agilidad con la que podemos interactuar con el aparato (las pantallas táctiles no responden de forma infalible).
Aunque pueda parecer difícil de creer, algunas calculadoras científicas permiten al usuario realizar pequeños programas interactivos, una característica que muchos apasionados del desarrollo de software han aprovechado desde hace décadas para elaborar pequeños videojuegos, o incluso para transferirlos desde el ordenador y ejecutarlos de forma portátil.
Una de las marcas más conocidas de calculadora gráfica programable es Texas Instruments, y sus modelos incluyen el lenguaje denominado TI-Basic, con el cual es posible realizar videojuegos como el mítico Pong, un tiro al blanco con dardos, un Ahorcado o incluso uno en el cual debamos controlar un helicóptero a lo largo de un túnel que se desplaza en sentido horizontal.
