La noción de cernir se emplea como sinónimo de cerner, que a su vez tiene varios significados. Ambos términos pueden usarse para aludir a la acción de separar el polvo de las partículas más gruesas de una materia.
Para cernir, es habitual que se emplee un colador, un tamiz, una tela u otro elemento de características similares. El objetivo es que lo de mayor tamaño quede retenido y que lo más pequeño caiga en un recipiente colocado debajo, logrando de este modo la separación deseada.
Cernir en la cocina
El proceso de cernir aparece con frecuencia vinculado a preparaciones gastronómicas. Muchas recetas, por ejemplo, requieren cernir harina.
Es habitual que la harina esté aplastada o comprimida, ya que se la aprieta para facilitar su almacenamiento y traslado. Esto puede generar la aparición de grumos. Por eso se suele cernir la harina antes de usarla en distintas preparaciones.
Cernir la harina además contribuye a eliminar eventuales residuos y, si es necesario, ayuda a mezclarla con otros ingredientes secos (como la sal). Se trata, como puede apreciarse, de un paso importante.
Cómo cernir ingredientes secos
Como mencionamos más arriba, uno de los beneficios de cernir la harina es eliminar los grumos que se forman cuando se apelmaza. Gracias a esto, podemos elaborar masas más esponjosas y con un mejor aspecto. Para cernir harina, azúcar, sal, maicena o cacao, por ejemplo, de manera homogénea debemos hacer lo siguiente:
* colocar el ingrediente en un tamizador o colador;
* usar una cuchara para moverlo lentamente, o bien dar pequeños golpes con la mano, de manera que sus granos atraviesen los pequeños huecos del instrumento utilizado y caigan sobre la preparación.
Antes de comenzar, debemos asegurarnos de usar la cantidad adecuada para la receta, algo que no siempre es tan fácil cuando cernimos los ingredientes. Si nos indican dos tazas, debemos medirlas luego del colado, ya que su volumen cambia tras este paso. Esto es importante, ya que basta un error de unos pocos gramos para alterar el resultado negativamente.
Si usamos un producto de óptima calidad y de elaboración reciente, no siempre es necesario cernirlo, en particular si la receta es sencilla y no requiere muchos ingredientes. En el caso específico de la harina, cernirla puede volver más difícil la detección de problemas en la mezcla, por lo cual se aconseja prestar más atención a la masa antes de cocerla.
Beneficios de cernir la harina
Tanto la consistencia como la textura de una masa elaborada con harina previamente cernida son muy superiores. Los ingredientes se mezclan de manera más eficaz y el resultado es esponjoso, más agradable al paladar.
El aumento en moléculas de aire que propicia cernir la harina también repercute en que la masa crezca más. Otro beneficio es la pureza, ya que muchas veces en los paquetes se cuelan pequeños insectos u otros agentes externos.
Un peligro o flagelo
El concepto de cernir también puede usarse para nombrar a un flagelo o un peligro que está cerca de algo o alguien.
“Muchos temen que la sombra del narcotráfico se vuelva a cernir sobre la ciudad con la liberación del famoso criminal”, “La epidemia se empezó a cernir sobre otros países asiáticos y, de acuerdo a los especialistas, podría convertirse en una pandemia” y “El gol del equipo visitante al minuto de juego hizo cernir algunas dudas, pero el conjunto del entrenador español pronto logró dar vuelta el resultado y llegó al entretiempo con una cómoda ventaja” son expresiones que muestran este uso.