Contrafuerte es la correa que se clava a los fustes de una silla de montar, donde se ajusta la cincha. Debemos aclarar que ésta es tan sólo una de las acepciones que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) para este término.
El contrafuerte, por lo tanto, se une a los fustes, que constituyen el armazón. La cincha, en tanto, es la faja que permite asegurar la silla sobre la cabalgadura.
Otras acepciones
Otro uso de contrafuerte alude al elemento de cuero cuya función es reforzar el talón de un calzado. Se trata de una pieza que resiste la humedad y el calor sin deformarse.
Un contrafuerte, por otro lado, es una cadena montañosa secundaria: es decir, una ramificación de un conjunto principal. El término también hace mención al sector de una montaña compuesto por una arista secundaria apoyada contra una arista principal.
En el ámbito militar, un contrafuerte es un fuerte que se levanta frente a otro. Cabe recordar que un fuerte es una construcción fortificada que dispone de los recursos defensivos necesarios para resistir una ofensiva.
En arquitectura
Para la arquitectura, por último, el contrafuerte es un refuerzo que se instaura en el paramento de un muro con el objetivo de incrementar su estabilidad. Esto se logra transmitiendo a la cimentación las cargas oblicuas. Su estructura se adosa al muro de manera vertical, reforzándolo y contrarrestando las fuerzas de una bóveda o de un arco. Se trata de una técnica que ha sido usada desde hace siglos, principalmente en los estilos arquitectónicos gótico y románico, pero también en muchos otros, para edificios de diversas clases.
Las cubiertas, los arcos y las bóvedas suponen una carga horizontal para las estructuras edilicias; para hacerle frente es que surgió el contrafuerte. Es que algunas de ellas suman a la carga propia de la fuerza de gravedad una transversal, que afecta el muro. El secreto está en aumentar el componente vertical, para que la proporción de los restantes disminuya hasta no representar un riesgo para la estabilidad de la obra. Desde que las construcciones se hacen con acero, el contrafuerte ya no es tan necesario, porque se puede reemplazar con el uso de barras o cables que mantengan la integridad de los muros.
Diseño del contrafuerte
El diseño del contrafuerte depende en gran medida del estilo arquitectónico, pero también de las características del edificio y de alguna función complementaria que se le quiera dar. A grandes rasgos, podemos decir que hay contrafuertes embebidos que se disimulan a la vista y otros que son exteriores y pueden apreciarse con facilidad. Por lo general se fabrican con ladrillos, piedras u hormigón para garantizar su resistencia. Hablando específicamente de los dos estilos antes mencionados, veamos sus características principales:
- los contrafuertes románicos tienen el aspecto de una pilastra (una columna o un pilar) y se adosan al muro en su parte externa. Su anchura decrece a medida que se eleva;
- los contrafuertes góticos se construyen de forma individual al muro, y se vinculan a éste haciendo uso de arbotantes (un medio arco) para que no sufra la verticalidad del edificio.
Además de su aspecto físico y sus materiales, otro punto importante del diseño del contrafuerte es su disposición. Ésta característica se puede evaluar teniendo en cuenta la posición relativa en las caras de toda la obra, es decir a las superficies de sus muros, tanto las exteriores como las interiores. Las opciones externas, en este marco, son las siguientes:
- angulado a escuadra: en una esquina, se colocan dos contrafuertes formando un ángulo recto;
- esquinado: similar al anterior, pero es una sola pieza que cubre toda la esquina;
- francés: refuerza la esquina formando un ángulo de 135 grados con cada cara;
- retranqueado: parecido al primero, pero los contrafuertes no coinciden en el vértice de la esquina, ya que se colocan a una cierta distancia de ésta.