Contrato es un término con origen en el vocablo latino contractus que nombra al convenio o pacto, ya sea oral o escrito, entre partes que aceptan ciertas obligaciones y derechos sobre una materia determinada. El documento que refleja las condiciones de este acuerdo también recibe el nombre de contrato.
Por ejemplo: «El jugador chileno firmará el contrato en las próximas horas y se sumará de manera inmediata al equipo», «Mañana tenemos que ir a la inmobiliaria a firmar el contrato para la renovación del alquiler», «La empresa violó las condiciones del contrato y será multada».
El contrato, un acuerdo de voluntades
El contrato, en definitiva, es un acuerdo de voluntades que se manifiesta en común entre dos o más personas (físicas o jurídicas). Sus cláusulas regulan las relaciones entre los firmantes en una determinada materia.
A la hora de determinar el contenido de cualquier tipo de contrato, tendríamos que dejar patente que en él tienen que aparecer, de manera obligatoria, tres elementos fundamentales: los datos relativos a los sujetos que lo suscriben; los pilares de la prestación y contraprestación que se establece; y la forma en la que se da el visto bueno por parte de las dos partes implicadas.
Clasificación según el tipo
Muchos son los tipos de contratos que existen; no obstante, entre los más significativos se encuentran los siguientes:
- Contrato privado, que es el realizado directamente por las personas que lo suscriben.
- Contrato público, el que se encuentra autorizado por empleados públicos.
- Contrato formal. En este caso, se trata del contrato que, tal y como establece la legislación pertinente, cuenta con una manera concreta de consentimiento por parte de los sujetos que intervienen en él.
- Contrato bilateral, que es el que establece que quienes los suscriben asumen desde ese mismo momento una serie de obligaciones.
El contrato verbal, el contrato escrito, el contrato temporal, el contrato indefinido y el contrato civil son otros de los tipos según diferentes clasificaciones.
Contrato laboral
Una de las áreas donde resulta más importante el contrato es en el ámbito laboral, ya que el contrato de trabajo se convierte en el mecanismo por el que una empresa se hace con los servicios de un trabajador y este, a cambio de un salario, asume una serie de tareas.
En concreto, dentro de dicho sector nos encontramos con contratos indefinidos bonificados, formativos, de una duración muy determinada, de trabajo fijo discontinuo, de trabajo a tiempo parcial, para personas con discapacidad, de trabajo de relevo, para personal investigador e indefinidos sin ningún tipo de bonificación. entre otros.
Trabajar en negro
Trabajar sin contrato o en negro supone un problema para el empleado. Sin contratación formal, carece de protección legal para hacer valer sus derechos, con lo cual el empleador puede actuar de forma arbitraria.
La terminación del vínculo laboral, en este marco, puede darse de manera abrupta e injustificada, sin que el trabajador pueda acceder a una indemnización. La falta de regulación de la relación de trabajo, asimismo, supone que el empleado no tiene respaldo para reclamar pagos ni para denunciar abusos de ningún tipo.
Supongamos que un hombre acuerda, de palabra, trabajar seis horas por día en una obra en construcción por $10.000 al mes. Tres días después, el empleador le dice que tendrá que cumplir sus tareas ocho horas diarias por el mismo sueldo. Una semana más tarde, le informa que reducirá su salario a $8.500 mensuales. En este contexto, el trabajador solo puede aceptar los cambios de condiciones o perder el empleo sin recibir ningún tipo de compensación ni reconocimiento. Cuando se firma un contrato laboral, en cambio, las modificaciones arbitrarias no están permitidas: dado que hay una desigualdad de poder entre el empleador y el empleado, la legislación tiende a la protección de la parte más débil.
Los efectos jurídicos de un contrato
Todos los contratos dan lugar a efectos jurídicos, que son las obligaciones exigibles establecidas en su contenido. Si una compañía se compromete por contrato a brindar un determinado servicio y luego no cumple con esa obligación, es posible demandar a dicha empresa. El incumplimiento del contrato, por lo tanto, acarrea una penalización.
La mayoría de los sistemas jurídicos exige que los contratos cumplan con tres requisitos: el consentimiento (la voluntad de las partes para la aceptación de las cláusulas), el objeto (las cosas o servicios que pueden ingresar en el ámbito del comercio) y la causa (el motivo que lleva a las partes a celebrar el contrato). Es muy importante que las partes contratantes conozcan y entiendan los términos y condiciones del contrato para actuar en el marco de la legalidad.
Existen diversas clases de invalidez que dejan sin efecto jurídico al contrato. La nulidad es una situación genérica que impide el despliegue de las consecuencias jurídicas del acuerdo y lo retrotrae al momento de su celebración. La rescisión, por su parte, es otra declaración judicial que anula el contrato, dejándolo sin vigencia.