La economía circular anima a minimizar la generación de residuos, a reciclar y a reutilizar recursos para extender su vida útil.
Economía circular es una expresión que identifica a una modalidad tanto de producción como de consumo sustentada en prácticas amigables con el planeta y el bolsillo de cada individuo. Se trata de una filosofía que pone el foco en el diseño y la reutilización como claves para generar una importante reducción de residuos, promover la recuperación de materiales y, en definitiva, extender el ciclo de vida del producto.
El reciclaje, el compostaje, el consumo responsable y el eco-diseño resultan esenciales para respaldar a este modelo productivo en el cual muchos desperdicios que comúnmente se consideran basura se ven como recursos aptos para aprovechar.
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ResumenDinámica de la economía circular
Para lograr y completar la dinámica de la economía circular son valiosos y necesarios, en primer lugar, los llamados recuperadores urbanos. La labor de esos hombres y esas mujeres que rescatan desechos es imprescindible para una buena y eficiente gestión de residuos urbanos.
La generación de energía renovable y su utilización es otro puntal de este tipo de accionar que alienta el progreso social tomando bajo consideración el cuidado y la preservación del medioambiente para satisfacer necesidades humanas sin arruinar ecosistemas ni vulnerar derechos de otras especies.
Esta transformación apunta, asimismo, a instaurar un sistema de producción limpia que lleve a un ahorro y uso eficaz de materias primas minimizando lo máximo posible el empleo de recursos naturales y buscando reducir considerablemente la emisión de gases contaminantes. Al respecto es interesante remarcar que los esfuerzos orientados a recortar o empequeñecer la huella de carbono deben incluir desde un consumo responsable hasta hábitos que enriquezcan la sostenibilidad.
Abrazar con convicción los principios de la permacultura para interactuar en armonía y de modo equilibrado con suelos, animales y entornos (mediante el desarrollo de huertos urbanos, por ejemplo), apostar a medios de transportes ecológicos (o poco contaminantes) e implementar estrategias de ecoeficiencia contribuyen a crear y a multiplicar, a escala mundial, comunidades sostenibles.
El desarrollo sostenible busca el equilibrio entre la satisfacción de las necesidades de la población, el cuidado del entorno natural y el progreso económico sin poner en riesgo el futuro del planeta.
Medidas y prácticas a favor del medioambiente
Ya sea por normativas gubernamentales o producto de una mayor conciencia social en relación al cuidado del planeta, cada vez hay más medidas y prácticas a favor del medioambiente.
El impulso para que la economía circular se vaya instaurando y profundizando en cada una de las naciones engloba a una gran cantidad de cuestiones que giran en torno a la fabricación, utilización, aprovechamiento, vida útil y descarte responsable de productos.
En este contexto adquiere relevancia una estrategia ambiciosa que intenta cumplir la meta de «cero residuos». Así, pues, se busca la elaboración de elementos que sean lo más perdurables que se pueda; que se reduzcan al máximo la cantidad de materias primas y de recursos utilizados para su desarrollo, traslado y comercialización; y que los usuarios inviertan a conciencia y cuiden, valoren, reparen y reutilicen las piezas y los bienes que van adquiriendo. El plan pensado para que descienda notoriamente el nivel de basura incluye enseñar (y aprender) a evitar el desperdicio alimentario y a aprovechar las sobras de comida; a promover el reciclaje de plástico y muchos otros materiales (entre ellos, papel, vidrio y cartón) y a estimular el proceso conocido como refabricación, por ejemplo.
En vistas a garantizar la conservación de la biodiversidad y a darle batalla a problemáticas medioambientales que desde hace años atentan contra el bienestar de todas las especies y arruinan hábitats (como la contaminación, las sequías, las inundaciones, etc), es fundamental continuar sin pausa el camino de transición energética que ya ha comenzado, incentivar la creación de empleo verde y avivar el interés por los proyectos y las soluciones centrados en las denominadas tecnologías limpias.
Se define como compra verde a cada adquisición material o contratación de un servicio que se efectúa con responsabilidad y teniendo en cuenta a la sostenibilidad.
La economía circular en el mundo de los negocios
La economía circular está adquiriendo relevancia en el mundo de los negocios. De a poco, cada vez más empresas y emprendimientos reflejan su Responsabilidad Social Corporativa por medio de programas y políticas de sostenibilidad ambiental, además de adaptar sus procedimientos, métodos de testeo y técnicas de trabajo para no causar sufrimiento animal ni destruir intencionalmente ecosistemas.
Ofrecer un embalaje sostenible que resulte práctico por ser liviano, biodegradable y reciclable y cumplir los requisitos para la obtención de certificaciones ecológicas son esfuerzos que demuestran una tendencia en aumento respecto a compañías que buscan ser respetuosas con la naturaleza.
De a poco, según se desprende de la realidad, queda atrás el modelo consumista marcado por el derroche, la sobreexplotación de recursos y la costumbre de usar y tirar. La obsolescencia programada, que le ponía un plazo a los productos a fin de proveerle un tiempo concreto de vida útil sin darle chances a su reparación, ya no está en auge. Ahora, en cambio, se estila estirar el ciclo de vida de los materiales (acción que, incluso, conlleva beneficios económicos porque invita a ahorrar dinero), minimizar la generación de residuos, rediseñar elementos, reutilizar piezas y recuperar, valiéndose de la renovación, la reparación y el reacondicionamiento, muebles, ropa, accesorios, calzado, objetos decorativos, utensilios, etc.
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