Ciertos efluvios materiales pueden percibirse mediante la vista y el olfato.
La noción de efluvio procede del vocablo latino effluvium. El término alude a una emisión de elementos diminutos.
TemasHumo o vapor
El efluvio se caracteriza por presentar partículas de tamaño minúsculo o microscópico que son expulsadas por un cuerpo. En ocasiones se trata de humo o vapor.
Dado que, a diferencia de otras acepciones que veremos más adelante, ésta hace referencia a una emanación material, las partículas del efluvio pueden percibirse mediante los sentidos, aunque debamos utilizar ciertas herramientas para compensar sus dimensiones. Sin embargo, el olor de ciertas partículas emanadas de esta forma sí podemos notarlo simplemente con nuestro olfato; tal es el caso del efluvio del mar, que a veces nos trae olores del plancton y de ciertas especies animales que conocemos.
Emanación inmaterial
El concepto de efluvio, por otra parte, refiere a una emanación inmaterial. Se trata, en este caso, de algo que se irradia y que puede percibirse de distintas maneras.
No podemos definir esta acepción del término efluvio de una forma rígida o estricta, ya que debemos tener en cuenta dos cuestiones importantes: no todos creen en su existencia; entre quienes sí creen, hay diferencias a la hora de percibirlo. No olvidemos que partimos de la palabra «inmaterial», de manera que la ciencia no puede probar este efluvio, con lo cual nos queda apoyarnos en la interpretación de cada persona.
La percepción de una emanación de este tipo condiciona nuestras decisiones, sobre todo en lo que se refiere a nuestras relaciones con las demás personas. Si sentimos que alguien irradia partículas negativas, que pueden perjudicarnos, seguramente nos distanciemos para protegernos. Por el contrario, ante un efluvio positivo sentiremos una especial atracción.
Energía positiva
En el lenguaje coloquial, además, los efluvios son influencias o energías que generalmente resultan agradables o positivas. Por ejemplo: “¡Gracias por los buenos efluvios! Ojalá que todo salga bien”, “Decidí convertirme en escritor bajo los efluvios de García Márquez, Cortázar y otros grandes autores latinoamericanos”, “En el nuevo álbum del artista cubano se notan los efluvios del jazz”.
Esta acepción es muy similar a la expresada en el apartado anterior, aunque con un matiz diferente: la emanación de energía, en este caso, parece tener una dirección bien definida. Veamos esto a través de los ejemplos. En la primera oración, el emisor agradece a su interlocutor por «los buenos efluvios», por la energía positiva que envió en su dirección con la intención específica de desearle buena suerte.
El segundo ejemplo no cuenta con la intención de quienes emanaron la energía, pero el emisor sí decidió tomarla para su propio beneficio y de este modo cambiar su vida para mejor. Por último, una vez más tenemos un efluvio cuyo destino no había sido determinado desde el principio, sino que fue el receptor quien decidió aprovecharlo en su obra artística.
Alopecia
La idea de efluvio también aparece en el terreno de la medicina. Se denomina efluvio telógeno a una clase de alopecia.
Cabe recordar que la alopecia es una caída patológica del cabello. En el caso del efluvio telógeno, el trastorno está vinculado a una pérdida anormal en el marco de ciclo de crecimiento del pelo.
La percepción del efluvio inmaterial depende de cada persona.
Ciertos fármacos, el hipotiroidismo y el estrés son causas que pueden producir el efluvio telógeno. Mientras que, en condiciones normales, la fase de caída en el ciclo del cabello permite la sustitución de los pelos que se pierden por otros nuevos generados en el folículo piloso, quienes padecen el efluvio telógeno no consiguen desarrollar esa regeneración.
El efluvio telógeno puede ser crónico o agudo. En este segundo tipo, suele irrumpir dos meses después de aparecida la causa que provoca la afección.
