El término eje, que viene del latín (axis o axe) posee múltiples usos, definiciones y aplicaciones. En sus orígenes representaba la barra que unía las ruedas de las carretas y, más adelante, la línea imaginaria que cruza el planeta Tierra de polo a polo.
En el campo de la mecánica, por ejemplo, un eje está considerado como una pieza constructiva que resulta útil a la hora de dirigir el desplazamiento de rotación de un elemento o de un grupo de piezas, como puede ocurrir al trabajar sobre una rueda o un engranaje.
Los ejes de un vehículo, en cambio, representan líneas imaginarias de dirección transversal frente a las cuales giran las ruedas cuando el coche avanza de forma recta. En los vehículos que tienen ruedas a ambos lados, el eje es la recta transversal que permite unir los centros de dos de ellas.
El eje en las matemáticas
En matemática, asimismo, los ejes nos permiten ubicar una figura geométrica en el espacio, para luego transformarla de acuerdo a nuestras necesidades. Por convención, el eje horizontal se referencia con la letra X, el vertical con la letra Y, y el que representa la profundidad, con la Z. Sin la existencia de este concepto que sirve de base para infinidad de cálculos, siendo la rotación el más popularmente asociado con él, no sólo las matemáticas serían una ciencia mucho menos compleja y abarcativa, sino que el impacto alcanzaría el ámbito del entretenimiento, ya que no existirían videojuegos, películas de animación así como la mayoría de los efectos especiales.
Entre los tipos conocidos de ejes, encontramos los de simetría. Estas líneas imaginarias, representan rectas que cortan una figura de manera tal que los vértices que se ubican a cada lado tienen un equivalente del otro. En pocas palabras, un eje de simetría corta un objeto en dos partes idénticas. Una vez más, solemos ver efectos de video que se basan en este principio, y que generan imágenes caleidoscópicas.
El concepto de rotación es muy complejo y existen diversos caminos para obtener el mismo resultado. Básicamente, un eje utilizado para realizar este cálculo sirve de referencia para cambiar la orientación de una figura u objeto sin alterar su forma. En la vida cotidiana, estamos acostumbrados a que la materia no se deforme y no necesitamos conocimientos técnicos para, por ejemplo, girar una manzana que sostenemos con una mano. Pero si tuviéramos que representar esa simple acción y la consiguiente transformación de la fruta en números, todo sería más complejo. En primer lugar, necesitaríamos convertir la manzana a una serie de puntos o vértices y ubicarlos en un sistema de ejes. Su posición no podría ser aleatoria, ya que dependería de ella el resultado obtenido y tendríamos que tomar este recaudo para cada uno de los 3 ejes. Para dar un ejemplo simple, si quisiéramos que la manzana rotase hacia la derecha y que no se desplazara al hacerlo, deberíamos ubicarla de manera tal que el eje vertical la cortara por su centro exacto.
El concepto en la anatomía
Este vocablo es relevante además en el ámbito de la anatomía, donde hace referencia a la segunda vértebra del cuello, la cual actúa como eje en el movimiento de rotación de la cabeza del ser humano.
Otros usos relacionados, dividen el cuerpo en varios hemisferios: uno lo corta verticalmente de la cabeza a los pies (el eje cráneo-caudal), otro horizontalmente (el latero-lateral) y uno que atraviesa el cuerpo de atrás hacia adelante (el eje ventro-dorsal).
La idea de eje en la política y la cultura
Cabe destacar que, en el campo de la política, el concepto de Eje (que suele ser escrito con mayúscula) hace referencia a determinadas alianzas entre dos o más Estados. Allí se pautan los principios y las normas que rigen la vida en comunidad, de acuerdo al cuadro social de una determinada nación. Establece la organización necesaria para un correcto y equilibrado ejercicio del poder.
En la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, se formó el Eje entre Italia, Alemania y Japón para luchar contra los Aliados y que surgió de un entendimiento entre Hitler y Mussolini. Por otra parte, George W. Bush se refirió al Eje del Mal con relación a una supuesta alianza entre Corea del Norte, Iraq e Irán.
Otras acepciones relacionadas son el eje cultural y el social. El primero se refiere a una proyección que asegure a una nación determinada crecer de forma que no se pierda su pasado, sus costumbres, todo aquello que le ha dado identidad. En el segundo caso, se buscará preservar lo que se considera clave en una sociedad y que en general es la familia, apuntando a la mejor calidad de vida posible de sus habitantes.