Los estudios de género son el conjunto de las teorías, las metodologías y los contenidos que analizan cómo se interpretan socialmente las diferencias sexuales. Se trata de un área interdisciplinaria donde conviven la antropología, la sociología, la biología, el derecho y otras ciencias.
Para avanzar en la comprensión del contexto, es útil centrarse primero en los términos que lo forman. El estudio es el trabajo que se lleva a cabo para aprender o entender algo. El género, en tanto, es el grupo al que se integra un individuo de acuerdo a su sexo, teniendo en cuenta criterios socioculturales que van más allá de lo biológico.
Los estudios de género, por lo tanto, son investigaciones que analizan las distintas maneras de percibir los roles y las características que se le atribuyen a cada sexo. Existen múltiples enfoques para llevar a cabo estas indagaciones, que se orientan a diversas problemáticas y temáticas.
Características de los estudios de género
Los estudios de género se caracterizan por explorar cómo la sociedad entiende diversas cuestiones vinculadas al sexo y la sexualidad. Se basan en la existencia de una construcción social del género: es decir, consideran que el género no se define biológicamente.
Para este enfoque epistemológico, el género es un concepto cultural acerca de la feminidad y la masculinidad. Debe indicarse que cada comunidad asigna a las mujeres y los hombres diversos atributos y comportamientos que considera adecuados. Las ideas de feminidad y masculinidad, en este marco, dependen del contexto e incluso varían con el paso del tiempo.
Los estudios de género examinan de manera crítica la forma en que estas representaciones inciden en la vida de las personas y de las sociedades. Así pueden aportar al entendimiento del origen de la desigualdad entre mujeres y hombres, contribuir a la visibilidad de las minorías y aportar a la lucha por la equidad de género enfrentando los preceptos del patriarcado y de la masculinidad hegemónica. También buscan cooperar con el empoderamiento de las mujeres y el destierro del sexismo, la misoginia, la homofobia, la transfobia y otras problemáticas.
Más allá de las distintas miradas, puede decirse que los estudios de género hacen hincapié en las dinámicas de poder que imponen a los ciudadanos ciertas interpretaciones del sexo. Para esto analizan desde el rol de las mujeres en grandes acontecimientos de la historia hasta cómo se distribuyen las tareas hogareñas, pasando por el modo en que la sexualidad aparece en las expresiones artísticas.
Conceptos principales
Los estudios de género recurren a varios conceptos centrales. Uno de ellos es la identidad de género, que alude a la percepción y la expresión personal del género propio. Esta identidad se asocia a una identificación del sujeto que trasciende su genitalidad y que puede fluir entre lo femenino y lo masculino.
Los roles de género, por otra parte, son las expectativas de la sociedad respecto a lo que implica ser mujer o ser hombre. Estos roles señalan cómo tienen que comportarse y sentir las personas según lo que se considera correcto o apropiado para su género.
Puede afirmarse, en este contexto, que los roles de género se definen según las llamadas normas de género. Estas son las reglas a las que se espera que se ajusten las mujeres y los hombres para adecuarse a la sociedad. Se habla de cisnormatividad cuando las normas se basan en los individuos cisgénero (o sea, aquellos cuya identidad de género coincide con el sexo que se le asignó en el nacimiento).
La violencia de género es otra noción importante en los estudios de género. La expresión refiere a las acciones violentas que se ejercen sobre alguien por su género, su sexo, su identidad de género o su orientación sexual.
Atendiendo a estas y otras cuestiones, los estudios de género invitan a reflexionar sobre el vínculo entre género y poder. Su mirada acompaña los principios del feminismo y las proclamas de los movimientos por los derechos LGBT+ para combatir la discriminación de género y construir una sociedad igualitaria.
Críticas a los estudios de género
La premisa de que el género es una construcción social que permite dar una explicación sobre las desigualdades entre las mujeres y los hombres es rechazada por algunos sectores. Lo mismo ocurre con la idea de la existencia de múltiples identidades de género que son independientes del sexo biológico y de la dualidad mujer / hombre.
Hay quienes circunscriben los estudios de género a una ideología de género que atenta contra el supuesto orden natural. Para estos pensadores y activistas, la ideología de género busca destruir la base de la sociedad, que es -según esta perspectiva- la familia constituida por una matrimonio heterosexual con sus hijos.
La Iglesia católica es una de las instituciones que condena la visión de los estudios de género. Para las autoridades eclesiásticas, solo hay dos géneros que son coincidentes con los dos sexos biológicos. Por eso defienden la heteronormatividad, ya que consideran que las relaciones sexuales deben apuntar a la procreación.