El vocablo latino extensus llegó al castellano como extenso. Este adjetivo, de acuerdo a la primera acepción mencionada en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), alude a aquello que cuenta con extensión (longitud o superficie).
El uso más habitual del concepto se asocia a lo que es amplio, largo o grande. Por ejemplo: “Este camino es muy extenso, recorre la provincia de punta a punta”, “Con un extenso video que compartió en las redes sociales, el actor se defendió de las acusaciones de su ex esposa”, “Estoy leyendo un libro extenso sobre la historia de España”.
Lo extenso puede medirse de diferentes formas. Un puente extenso, por citar un caso, tiene un largo de muchos metros. El puente más extenso del planeta es el Gran Puente de Danyang-Kunshan, en China, con casi 165 kilómetros de longitud.
Un discurso extenso, por otra parte, se mide en minutos u horas. Supongamos que un escritor, al recibir un premio literario, sube al escenario y agradece la distinción durante dos horas. Puede afirmarse que el autor en cuestión dio un discurso de agradecimiento que resultó extenso.
Un operativo policial extenso, en tanto, puede desarrollarse con la participación de muchos agentes distribuidos en diferentes partes. Si la Justicia ordena cinco allanamientos simultáneos en una provincia, que llevan a cabo unos doscientos policías, los medios de comunicación pueden hacer referencia a que se realizó un operativo extenso.
Un libro extenso tiene numerosas páginas, así como un concierto extenso incluye muchas canciones: como se puede advertir, el adjetivo se emplea en diversos contextos.
Este adjetivo es, en principio, de tipo objetivo: la medición que debe realizarse para derivar en su uso es exacta, ya que se basa en el cálculo de unidades de tiempo o distancia, entre otras. Sin embargo, también tiene un matiz subjetivo, ya que la duración de un mismo discurso, por ejemplo, puede resultar extensa para algunos y adecuada para otros.
Cada individuo tiene un grado de tolerancia diferente a una misma situación, y en esto influyen cuestiones tales como la preparación previa y los gustos personales, entre otras. Un apasionado de la poesía probablemente no se canse de leer poemas, así como un amante de los deportes se mantiene en pie después de varios kilómetros de senderismo, pero estas mismas experiencias pueden resultar excesivas, demasiado extensas para otros.
Entre los sinónimos que encontramos en los diccionarios para la palabra extenso, además de los ya mencionados en los párrafos anteriores, están vasto, interminable, dilatado y prolongado. Con respecto a sus antónimos, podemos mencionar breve, corto y reducido. Así como en el caso anterior, todos estos términos sirven para expresar tanto medidas precisas como subjetivas, y esto les da una versatilidad que da lugar a un uso ambiguo del lenguaje.
Es necesario señalar que no todos los sinónimos son intercambiables con el término extenso en cualquier situación; por ejemplo, no podemos hablar de «un discurso vasto» para hacer referencia a uno extenso. Del mismo modo, sus antónimos deben ser escogidos tomando en cuenta el contexto en el cual se encuentran, y por eso no es lo mismo decir «discurso reducido» que «corto».
Otro punto importante al considerar la lista de antónimos antes expuesta se puede apreciar en el concepto de cuento corto: en este caso, no estamos ante una apreciación personal de la duración de un cuento particular, sino ante un tipo específico de narración breve que se basa en acontecimientos cuyos protagonistas son pocos y atraviesan un argumento de relativa sencillez. Sobra decir que no podemos oponer el cuento corto a un cuento extenso, ya que este último no es un concepto definido académicamente.
