Un análisis etimológico del término ferrita nos lleva a prestar atención a dos componentes: el vocablo latino ferrum y el sufijo -ita. Mientras que ferrum puede traducirse como «hierro», -ita se emplea para la formación de la denominación de los minerales.
De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se llama ferrita al hierro que tiene un estado de pureza casi absoluta. El hierro, en tanto, es un metal de símbolo Fe y número atómico 26 que se utiliza frecuentemente en el ámbito industrial y forma parte de sustancias muy relevantes para la vida.
Características de la ferrita
Es importante mencionar que el hierro, al igual que el oxígeno, el fósforo, el titanio, el azufre y otros elementos químicos, dispone de alotropía. Esto quiere decir que se puede presentar con diferentes estructuras moleculares o con distintas características de tipo físico.
La ferrita, en este marco, es una de esas estructuras del hierro. Se trata de una solución de carbono en hierro alfa; dicho de otro modo, la ferrita es una microestructura que se compone de granos de hierro alfa y de átomos intersticiales de carbono.
Debido a que, a temperatura ambiente, su solubilidad es muy reducida, suele tomarse a la ferrita como hierro alfa puro. Cabe destacar que la ferrita, que cuenta con propiedades magnéticas, evidencia estabilidad a presión y temperatura ambiente.
Algunos usos
Las mencionadas propiedades magnéticas de la ferrita le permiten tener múltiples usos. Se puede combinar con varios elementos en aleaciones para incrementar sus prestaciones u optimizar sus cualidades.
Por un lado, con la ferrita se producen imanes que también suelen incluir bario y cobalto. Además puede aprovecharse para la fabricación de núcleos para bobinas o transformadores; como pigmento de diversas pinturas; a modo de tóner de impresores láser; y en el desarrollo de cintas magnéticas.
Ferrita en polvo
Por lo general, la ferrita se produce en polvo y luego se usa para la generación de piezas muy duras y resistentes mediante un proceso de sinterización.
A través de este procedimiento, el polvo en cuestión es compactado, moldeado por presión y finalmente sometido a un tratamiento térmico que no alcanza la temperatura de fusión.
Óxido de hierro
En el terreno de la electrónica, se llama ferrita al material que se obtiene al conglomerar partículas de óxido de hierro. A estas partículas se les suman otros metales, dando como resultado un producto ferromagnético.
En este sentido puede hablarse de distintos tipos de ferritas, como las ferritas de manganeso-zinc y las ferritas de níquel-zinc. De acuerdo a sus características, en tanto, se clasifican a estas ferritas como duras (con coercitividad elevada) o blandas (poca coercitividad).
Los núcleos de ferrita
Se conoce como núcleo o filtro de ferrita, por último, a un dispositivo que hace posible el filtrado de determinadas corrientes que atraviesan un conductor eléctrico. Lo que hace el núcleo es impedir que se produzcan interferencias electromagnéticas, ya sea hacia o desde un artefacto.
El núcleo de ferrita se compone de hierro, zinc y manganeso. Si bien bloquea el paso de ciertas frecuencias de corrientes alternas, permite el paso de la corriente continua.