Estudiar la fisiología vegetal es clave para, por ejemplo, apreciar la adaptación de las plantas al entorno para desarrollarse y sobrevivir.
Fisiología vegetal es la denominación que recibe una subdisciplina englobada en la botánica. La botánica, a su vez, es una especialidad relacionada a la biología que pone el énfasis en el estudio de las plantas en sus diferentes aspectos, como la morfología, las funciones y la clasificación del reino vegetal.
En el caso de la fisiología vegetal se hace foco en las funciones vitales de las plantas. Así, pues, sirve como fuente de información sobre cómo ellas crecen, respiran, se desarrollan y responden a estímulos.
A lo largo de este artículo ofreceremos datos de interés sobre los fundamentos, la importancia, la metodología y las aplicaciones prácticas de esta ciencia.
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ResumenObjetivos de la fisiología vegetal
La fisiología vegetal persigue el objetivo de comprender el funcionamiento tanto interno como externo de las plantas, abarcando al nivel tisular, al celular y al organismo completo. Para esto, entre otras cuestiones, analiza el fenómeno de la fotosíntesis, se ocupa de examinar cómo responden las plantas al estrés ambiental y presta atención a la transpiración celular.
Toda la información que se obtiene gracias a las investigaciones y los estudios de fisiología vegetal es clave para beneficiar a la productividad agrícola; entender el metabolismo y los procesos vitales; profundizar los saberes sobre las adaptaciones e interacciones ambientales; favorecer la sostenibilidad y comprender cómo son la regulación hormonal, el crecimiento y la reproducción vegetal.
Los propósitos de la fisiología vegetal, incluso, se traducen en experimentaciones y recolecciones de datos para asegurar la conservación de la biodiversidad dentro del reino vegetal; innovar en técnicas y tecnologías agrícolas y estimular el método conocido como biorremediación. Suma, además, señalar que la fisiología vegetal se nutre y potencia con la fisiología comparada cuando ambas se integran en la misión de comprender más a fondo los procesos fisiológicos que experimentan las plantas.
Aplicaciones
Las aplicaciones prácticas de la fisiología vegetal son numerosas. Es de gran utilidad, principalmente, en los ámbitos de la biotecnología, la horticultura, el plano de la conservación del medio ambiente, el sector industrial y la agricultura.
Tener como recurso informativo y de planificación a la fisiología vegetal es esencial para instruirse sobre nutrición vegetal y definir, en este contexto, maniobras eficientes de fertilización y subsistencia.
Los procedimientos de cultivo in vitro y de mejoramientos genéticos también se benefician con esta ciencia.
La floración, proceso de gran complejidad que involucra cuestiones ambientales, genéticas, metabólicas y hormonales, está regulada por la fisiología vegetal.
Tampoco hay que pasar por alto todo el provecho que se le puede sacar a favor de la seguridad alimentaria, la mitigación del cambio climático y la fitorremediación. Sirve, por agregar precisiones, para la producción de compuestos farmacéuticos a partir de estudiar la biosíntesis de alcaloides y para favorecer la fabricación de aceites esenciales, por ejemplo.
Es enriquecedor resaltar que la cooperación y la sinergia entre expertos de distintas áreas, la investigación científica y el enfoque funcional e integrador se plasman en la rama conocida como fisiología vegetal aplicada. En este marco se debe aspirar a asegurar la escalabilidad, la accesibilidad de las soluciones ofrecidas, el abordaje multidisciplinario y, en el caso de investigaciones o pruebas asociados a organismos genéticamente modificados, a adecuarse a normativas o regulaciones legales.
Desafíos que plantea la fisiología vegetal
Si bien se ha avanzado mucho en materia de fisiología vegetal, los expertos en esta subdisciplina científica tienen todavía desafíos por afrontar y trabajo por hacer en vista a necesidades y demandas a corto, mediano y largo plazo.
En primer término, no es atinado sistematizar o hacer una generalización de los procesos fisiológicos vegetales dado que existe una inmensa diversidad de especies, cada una con adaptaciones particulares en función del entorno. Esto obliga a efectuar análisis bien definidos para cada población o conjunto.
También es complejo el intento de asimilar y predecir la reacción fisiológica de cada planta en el entorno que la rodea. El cambio climático, así como la disponibilidad de recursos esenciales como los nutrientes, el agua y la luz, son factores que condicionan a la absorción de nutrientes, la transpiración y la fotosíntesis, entre otros procesos.
Es un gran reto, de igual modo, replicar en un laboratorio ciertos fenómenos o condiciones de la naturaleza y mantener una observación extendida en el tiempo por el extenso ciclo de vida de varias especies y la lentitud de crecimiento vegetal.
Cada planta crece, se reproduce y sobrevive gracias a sus adaptaciones fisiológicas vinculadas a la temperatura, la disponibilidad de luz y agua, entre otras variables.
Conseguir cultivos que sean resistentes a influencias del entorno y al estrés hídrico u optimizar la eficiencia fotosintética sin que ello comprometa a la sostenibilidad figuran, asimismo, en el listado de desafíos actuales.
Para estar a la altura de las problemáticas globales, la expansión de la fisiología vegetal y los requerimientos sociales que van surgiendo, los profesionales que se dedican a este campo del saber tienen que investigar y hacer continuamente pruebas que posibiliten la incorporación de estrategias certeras que se traduzcan en avances y mejoras. Es conveniente que en esta disciplina se apueste por abordajes multidisciplinarios (trabajando junto a especialistas de bioinformática, biología molecular, ecología, etc) y enfoques dinámicos o flexibles en pos de alcanzar los resultados más efectivos y apropiados posibles.
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