El genero fluido es aquel que oscila entre diferentes identidades. Esto implica que la persona transiciona de manera ocasional o continua en periodos que no tienen una extensión fija o determinada.
Para comprender el concepto, es indispensable centrarse primero en la idea de género. Se considera que el género es una construcción social que se desarrolla a partir de las características y los roles que una sociedad le asigna a las mujeres y los hombres. En muchas culturas, existe lo que se conoce como binarismo o dualismo de género: se contemplan solo dos géneros, el femenino y el masculino.
En este punto, es importante indicar que el género puede coincidir, o no, con el sexo biológico. Se denomina identidad de género a la percepción de una persona sobre sí misma respecto, justamente, al género.
En alguien con género fluido, en este marco, esa percepción varía. Se trata de un género no binario que trasciende lo femenino y lo masculino, con lo cual el sujeto no se siente exclusivamente identificado con ninguno de los dos.
Características del género fluido
Las personas de género fluido pueden clasificarse como bigénero (si se identifica con dos géneros), trigénero (tres géneros) o pangénero (más de tres géneros). Lo que caracteriza a los sujetos con género fluido es que, cada una cierta cantidad de horas, días, semanas o meses, cambia el modo en que se perciben.
Ese lapso de tiempo es impreciso: no todos los periodos son iguales. Las transiciones se producen de acuerdo a lo que la persona siente en cada momento respecto a su propia identidad de género.
Debe considerarse que el género fluido no tiene que ver con la orientación sexual. Esto supone que alguien puede transicionar de un género a otro sin que cambie su atracción sexual.
Otro aspecto a subrayar es que las fluctuaciones pueden obedecer a distintos motivos o incluso carecer de alguno. Cuando se registran razones específicas (como el entorno, el horario o la época del año), se habla de mutogénero.
Puede afirmarse que la fluidez se desarrolla en un amplio espectro: entre la masculinidad y lo feminidad aparecen múltiples identidades. La identificación se concreta con aquella expresión de género que hace que la persona se sienta a gusto o cómoda.
Confusiones habituales
El género fluido suele ser motivo de confusión. Es habitual, por ejemplo, que quienes se definen como género fluido aclaren que no son transgénero. Dicho término refiere a los hombres y las mujeres cuya identidad de género no coincide con aquella que usualmente se asocia al sexo que le asignaron en el nacimiento.
Por otro lado, un agénero no se reconoce en ninguna identidad de género, con lo cual dicha denominación no es apropiada para aquellos que transicionan entre dos o más géneros. El género fluido, asimismo, no se vincula necesariamente a alguien intersexual, cuya genitalidad no se ajusta a la tipificación binaria.
En cambio, el género fluido sí puede enmarcarse en la teoría queer, referente a quienes rechazan los parámetros tradicionales vinculados al género y la sexualidad. También es concordante con la concepción de género no conforme, que hace alusión a quienes expresan su género de una forma que no es coincidente con las normas tradicionales.
Apoyo a las personas de género fluido
Es frecuente que las personas de género fluido se enfrenten a la discriminación y la falta de comprensión. Se necesita el compromiso de todos los seres humanos para contribuir a la construcción de un ambiente inclusivo, sin prejuicios ni estigmatizaciones.
En este contexto, es importante validar todas las identidades de género. Para esto se requiere empatía y respeto: es clave ejercer una escucha activa y prestar atención a las necesidades, los deseos y las emociones de quienes su autopercepción los lleva a identificarse en el espectro del género fluido.
El uso de pronombres neutros es habitual en el género fluido. No obstante, lo mejor es preguntar al sujeto cuáles son los pronombres que considera adecuados.
Otra cuestión relevante es llamar a la persona de género fluido por el nombre elegido y no por el de nacimiento, si es que optó por un cambio. Así se contribuye a su empoderamiento.
La inclusión de quienes no son cisgénero requiere sensibilización. La educación en género es vital para transmitir que hay múltiples realidades.
Cabe resaltar, por otro lado, que muchas veces el apoyo psicológico es necesario para las personas con género fluido. La asistencia de un profesional es fundamental para cuidar su salud mental y favorecer el bienestar emocional, sobre todo porque, en ocasiones, el propio individuo puede evidenciar dificultades para vivir a pleno su identidad.
No puede dejar de tenerse en cuenta que cada uno se enfrenta a desafíos particulares que surgen de su propia experiencia de vida. Dicho de otro modo: que dos personas se definan como de género fluido no implica que se sientan igual, que tengan obstáculos idénticos ni que demanden lo mismo. Cada ser humano desea lograr su autorrealización y no existe un camino único en el recorrido hacia esa meta.