La geohistoria es el campo de estudio que vincula la geografía y la historia. Se trata de una disciplina ideada por el historiador francés Fernand Braudel (1902-1985), quien consideró no solo el efecto de la geografía en la historia, sino también las consecuencias de la economía sobre ésta.
Por sus características, la geohistoria se considera una disciplina auxiliar de la historia. Su finalidad es analizar la dinámica existente entre sociedades de otras épocas y las estructuras geográficas en las cuales se desarrollaron. De acuerdo a la geohistoria, la geografía no determina las características de las sociedades, pero sí influye en su cultura y su tecnología, por ejemplo.
Para comprender los comportamientos sociales del pasado, por lo tanto, es importante tener conocimientos sobre la geografía. Desde las actividades económicas hasta las costumbres, pasando por los rituales y el ocio, numerosas cuestiones están relacionadas con las características del terreno.
De acuerdo a la geohistoria, en definitiva, la historia siempre está conectada con el espacio (es decir, con la geografía). Cada uno de los acontecimientos históricos tuvo una ubicación geográfica específica, con actores que interactuaron de alguna manera con los elementos espaciales.
Los métodos históricos y los métodos geográficos se fusionan en esta disciplina científica de gran utilidad para el estudio de la historia regional. En la geohistoria, el especialista se acerca a sucesos del pasado para comprenderlos en su marco espacial y temporal.
Mientras que la geohistoria apunta a la objetividad y al conocimiento científico, la geopolítica pretende interpretar el pasado (histórico y geográfico) con la intención de justificar acontecimientos y situaciones actuales.
Como se menciona en el primer párrafo, el fundador de la ciencia histórica que conocemos con el nombre de geohistoria fue Fernand Braudel. Nació en el año 1902 en Luméville-en-Ornois, Francia, y se dedicó al estudio de la historia. A través de su trabajo, revolucionó la historiografía de su época, ya que fue el primero en tomar en cuenta los efectos que la geografía y la economía causaban en la historia.
La historiografía es la ciencia que se enfoca en el estudio de la historia, así como el arte de escribirla o describirla. A menudo se debate acerca de la naturaleza de esta disciplina a causa de que algunos la consideren un arte: por un lado se encuentran quienes rechazan su carácter artístico, pero también existen los defensores de una visión que no toma la ciencia y el arte como cosas incompatibles sino que las considera complementarias.
Braudel pasó su infancia en la casa rural de su abuela paterna, y eso lo marcó de una forma muy particular. Nunca renegó de sus orígenes, sino que se describía como «un historiador campesino», y fue gracias a su exposición a la forma de vida del campo que se acercó a las costumbres de esas personas tan importantes para el desarrollo de un país. Su experiencia a lo largo de esos años fue clave para entender que existe un vínculo inquebrantable entre la geografía, la historia y la economía.
Si bien no es la única, la geohistoria es una ciencia que se hace presente en nuestro día a día más allá de nuestros conocimientos técnicos: sabemos que en la dieta japonesa y en la mediterránea predomina el pescado, así como comentamos la producción de soja de Argentina, y no siempre somos conscientes de que estos no son aspectos arbitrarios de su economía, aislados de su historia, sino que están íntimamente ligados a ella y, por supuesto, a su geografía. Es precisamente por su ubicación en el planeta, por las características de su clima y de su suelo, así como por su proximidad al océano que esos pueblos se inclinaron por una u otra actividad.