La gestión del conocimiento es el proceso que se lleva a cabo en una organización para crear, organizar y distribuir información. La noción alude a aquellas actividades que se realizan para que pueda darse un intercambio de contenidos de utilidad entre los directivos, los empleados y/o los clientes de la entidad.
Antes de avanzar, hay que indicar que el término gestión hace referencia a la administración o la dirección de algo. El conocimiento, en tanto, es el saber o el entendimiento.
Puede decirse que la gestión del conocimiento es el sistema que permite a los miembros de una empresa o institución desarrollar, modificar y compartir datos vinculados a sus tareas y responsabilidades, así como acceder a los mismos. Este sistema abarca múltiples tipos de recursos, procedimientos y acciones.
Distintas miradas sobre gestión del conocimiento
No existe una definición inequívoca de la gestión del conocimiento. El concepto puede analizarse de diversas formas, con lo cual pueden reconocerse distintas miradas sobre el mismo.
Como ya señalamos, la gestión del conocimiento puede entenderse como un proceso o un sistema vinculado a la información. También se puede asociar la idea a una estrategia que hace posible la generación de la infraestructura y el marco necesarios para que los individuos encuentren y aprovechen el saber colectivo de la compañía.
Asimismo, hay especialistas que consideran a la gestión del conocimiento como un campo multidisciplinario cuya finalidad es producir beneficios partiendo del capital intelectual de la organización. Se basa en el principio de que el aprendizaje contribuye al crecimiento de la productividad, con lo cual el hecho de compartir el conocimiento propicia una mejora continua.
De lo implícito a lo tácito y lo explícito
Es posible distinguir entre diferentes tipos de conocimientos. El conocimiento implícito no se expresa: se encuentra en los vínculos sociales y en la mente.
El conocimiento tácito, en tanto, se sobreentiende y experimenta, aunque tampoco suele expresarse (es intangible) y por eso es complicado de compartir. En cambio, el conocimiento explícito puede especificarse detalladamente. Al conocimiento explícito se lo califica como formal debido a que puede ser registrado y codificado.
La gestión del conocimiento, en este contexto, tiene que posibilitar la instauración de un ciclo donde el saber tácito pase a ser explícito. Para esto, se requiere la exteriorización y la socialización del conocimiento, de modo que otros puedan interiorizar esa información.
Este ciclo dinámico y constante promueve el aprendizaje organizacional y la toma de decisiones basada en el conocimiento. Por extensión aporta al buen funcionamiento corporativo.
La gestión del conocimiento y la búsqueda de información
La búsqueda de información es un aspecto fundamental en la gestión del conocimiento. Es importante que los integrantes de la organización estén capacitados para hallar aquello que necesitan y que la empresa coloque los contenidos a su disposición.
En este punto es indispensable la puesta en marcha de un repositorio de documentos que recopile y almacene la información. Una biblioteca digital y una base de datos pueden constituirse como herramientas de gran relevancia.
Hay que tener en cuenta el etiquetado de información y su categorización para colaborar con la accesibilidad. No obstante, cuando la cantidad de datos es muy elevada y se trabaja con lo que se conoce como big data, se deben emplear instrumentos tecnológicos para la tarea.
La inteligencia artificial es una aliada clave en la gestión de la información. Lo mismo puede decirse de la minería de datos, que apunta al descubrimiento de patrones a través del procesamiento masivo.
Una vez encontrada la información, llega el momento de la adquisición y la organización del conocimiento. Así, gracias a la capacitación en el trabajo y las lecciones aprendidas, puede avanzarse en la resolución de problemas y en el desarrollo de mejores prácticas.
Formación y desarrollo
La formación es el camino habitual para la transferencia de conocimiento. Dicha capacitación puede darse a través de una mentoría o de webinars, por mencionar dos posibilidades.
La publicación de información en blogs corporativos o su difusión en podcasts corporativos son otros mecanismos válidos. Hay organizaciones que apuestan por la colaboración virtual y crean wikis corporativas para socializar y compartir conocimientos.
Sin embargo, cada individuo también puede impulsar su propio proceso para la gestión de competencias. El aprendizaje en línea autodirigido puede darse visitando portales de conocimiento o sumándose a algún MOOC (cursos en línea masivos y abiertos), por ejemplo.
Aplicación de la gestión del conocimiento
En resumen, la aplicación de la gestión del conocimiento permite facilitar el acceso a la información, promoviendo también su difusión. Además establece los pilares para la creación de nuevos saberes.
Estos hechos llevan a que la toma de decisiones en la organización pueda darse en base a evidencias y no a especulaciones o suposiciones. Dicho panorama se refleja en la operatoria general de la firma.
Por supuesto, esto se logra cuando la aplicación de la gestión del conocimiento resulta exitosa. Si hay barreras en el acceso o fallas en la transmisión, el aprendizaje será deficiente o incluso inexistente.