El conocimiento científico surge de los sucesos demostrables que se respaldan en evidencias y quedan plasmados en teorías científicas. También se relaciona con la aplicación del método científico para ir adquiriendo y procesando, de manera metódica y con rigurosidad, más saberes.
En este contexto, la observación, la investigación, la experimentación, la etapa de analizar un hecho o fenómeno y la demostración resultan imprescindibles ya que van marcando el camino para arribar a un resultado y a una conclusión verificable y válida.
Gracias al conocimiento científico, según se desprende de la realidad, se logran entender leyes y procesos vinculados a la naturaleza, se arriba a conclusiones que poseen validez mundial y, en definitiva, se consigue una explicación precisa y objetiva en torno a una gran cantidad de cuestiones.
La observación, la investigación y la experimentación son fases esenciales para llegar a generar conocimiento científico.
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ResumenGeneración de conocimiento científico
La generación de conocimiento científico es resultado de la aplicación del método científico, un proceso esencial para validar, por ejemplo, una ley científica.
El método científico requiere una fase de observación para, a partir de ella, establecer la hipótesis que se intentará confirmar con una experimentación. Este sistema se sustenta en dos aspectos: la reproducibilidad y la falsabilidad. El primero describe a la capacidad de un conocimiento científico específico para poder ser reproducido en diferentes momentos (conservando siempre condiciones idénticas) sin que ello incida sobre el resultado. El segundo es una cualidad propia de una teoría, ley o proposición que, tras ser considerada como verdadera, admite una reevaluación con pruebas orientadas a contradecirla.
Los principios y las pautas que caracterizan al método científico procuran reducir la subjetividad y robustecer la validez de cada resultado, aunque no se puede pasar por alto que no hay condiciones o requisitos uniformes en todas las áreas de la ciencia. En función de cuán complejo sea el paradigma y otras variables, cada una de las investigaciones y las actividades científicas pueden necesitar un modelo particular al momento de hacer uso del método científico.
De la mano de la ciencia y la evaluación profesional, por describir un caso concreto de enorme relevancia para nuestro planeta, pueden resolverse problemáticas focalizadas en el medioambiente y encaminar acciones que favorezcan y estimulen el desarrollo sostenible. El conocimiento científico es vital a la hora de tomar medidas o implementar estrategias que frenen o reviertan daños que afectan a la naturaleza y que atentan contra múltiples formas de vida.
Por supuesto, ni el método científico ni el conocimiento científico están exentos de límites. La ciencia, al menos por el momento, no consigue dar respuesta para todo. Basta leer alguna revista científica para hallar, al término de un artículo de investigación, comentarios aclaratorios sobre las limitaciones del estudio en cuestión. Esto sucede, entre otras razones, porque a veces hay factores no controlados y no siempre se generan escenarios óptimos para asegurar los efectos y la reproducibilidad de la experimentación.
Un laboratorio bien equipado le permite a los investigadores trabajar cómodamente cumpliendo cada etapa del método científico.
Relación entre ciencia, tecnología e innovación
La relación entre ciencia, tecnología e innovación es estrecha y se retroalimenta constantemente.
El conocimiento científico cada vez suma más aplicaciones prácticas, teniendo así un considerable impacto social. De todas maneras, es indispensable profundizar día a día los saberes, fortalecer al ámbito científico y generar tanto herramientas como políticas para que los expertos en cuestiones científicas y los encargados de llevar adelante investigaciones tengan a disposición condiciones favorables de trabajo.
La ciencia siempre fue, y será, clave para el progreso de la humanidad. Con conocimiento científico, y gracias a la labor incansable de figuras como Marie Curie y Bernardo Houssay (en ambos casos estamos haciendo alusión a personalidades que cosecharon, entre otras distinciones, algún Premio Nobel), se han revolucionado muchísimas disciplinas.
En Física, puntualmente, las leyes de Newton lograron dar respuestas sobre cómo se mueven los cuerpos, mientras que en el plano de la Genética las leyes de Mendel marcaron un antes y un después. Al día de hoy, no hay dudas: a lo largo de la historia de la ciencia hubo hitos que modificaron abismalmente la realidad. La Biología, por ejemplo, dio pasos gigantes gracias a los hallazgos de Gregor Mendel.
En la actualidad, cuando los avances científicos y tecnológicos se potencian entre sí, se consiguen beneficios y soluciones para que, por describir una posibilidad, desde la Medicina se mejoren y agilicen los diagnósticos y se implementen tratamientos eficaces para diferentes patologías. Las vacunas modernas, como las que han surgido a raíz de la pandemia de COVID-19, son una clara demostración de ciencia y tecnología unidas para el bien de la humanidad.
Haciendo foco en las Ciencias de la computación, además, podemos entrar en contacto con la sorprendente inteligencia artificial que, a pesar de provocar ciertas controversias a raíz de algunas de sus formas de aplicación práctica, está consolidándose como una herramienta capaz de hacer posible aquello que, hasta hace poco, parecía imposible o muy lejano.
Los avances tecnológicos y científicos permiten, por ejemplo, que se desarrollen vacunas cada vez más efectivas y seguras.
Polémicas y desafíos en torno al conocimiento científico
Hay polémicas y desafíos en torno al conocimiento científico que se van planteando, analizando y resolviendo en la medida de lo posible cuando en un congreso, simposio u otro evento donde se reúnen prestigiosos y experimentados investigadores se los pone en agenda.
Si bien hay tópicos, debates e intereses propios de profesionales de la ciencia, es necesario y útil que la educación científica esté presente en todas las etapas de la vida y resulte accesible a todos los sectores de la sociedad. Es fundamental despertar y estimular, especialmente en los más pequeños pero también en jóvenes y adultos, el deseo de investigar y de aprender, la curiosidad y el pensamiento crítico.
También es preciso aprovechar el alcance de medios masivos de comunicación para transmitir de manera directa y sencilla determinados conceptos para que la gente tenga en claro algunas cuestiones vinculadas a la ciencia. De este modo se minimiza el riesgo de engaños o trampas que pueden derivar en situaciones muy graves y daños irreparables porque, lamentablemente, el fraude científico existe y es esencial desenmascarar a quienes lo cometen.
Más de una pseudociencia, incluso, ha llegado tan lejos que ha obligado a expertos en Psicología y en distintas ramas de la Medicina a alertar públicamente sobre los peligros de confiar en quienes lucran con el dolor, la ignorancia y la desesperación ajenos prometiendo tratamientos, soluciones y remedios «alternativos» que carecen de respaldo científico.
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