Gestión privada es un concepto que, tal como sucede con la idea de gestión pública, alude a una clase de administración de recursos humanos y recursos materiales. En este caso, el foco está puesto en los procedimientos y las tareas que se llevan a cabo en entidades de carácter privado, es decir, que no dependen exclusivamente de los aportes del Estado.
La teoría busca distinguir ambos tipos de administración en función de los propósitos que persiguen y el motor que las impulsa. Así, entonces, se asocia a la gestión privada con intereses específicos y una intención de lucro. Explicado de otra manera, hay en ese ámbito una voluntad de obtener ganancias y el capital surge de préstamos bancarios y de los aportes de los particulares o accionistas involucrados en el proyecto. La gestión pública, en cambio, carece de ánimo de lucro y se orienta a satisfacer o a cubrir necesidades de la población en general.
Es muy importante resaltar que, más allá de las diferencias, ambas son imprescindibles para el desarrollo de unan nación. De la mano de emprendimientos y empresas de gestión privada crecen los mercados y se multiplican las oportunidades de empleo. Por otra parte, es usual encontrar en el ámbito educativo instituciones académicas (desde escuelas hasta universidades) que se encuadran en la categoría de establecimientos públicos de gestión privada.
Existen establecimientos educativos que son públicos pero de gestión privada.
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ResumenPropósitos de la gestión privada
Los propósitos de la gestión privada son varios, no se reducen a generar dinero. Desde una estructura se busca la eficiencia en materia administrativa y formas independientes de conducirse y de tomar decisiones en vistas a la obtención y a los incrementos de réditos que no en todos los casos son monetarios. En este contexto, los esfuerzos se dirigen a desarrollar y cumplir una planificación estratégica maximizando los resultados positivos de las operaciones pero buscando en ellas el menor costo posible.
La gestión privada también apunta a la competitividad, a diferenciarse para bien con la intención de, por ejemplo, ser mejor opción que aquello que depende de la gestión pública.
Las empresas del sector privado apuntan a la competitividad y a la generación de beneficios económicos.
Organización y estructura
La organización y la estructura de una entidad de gestión privada buscan facilitar la distribución de tareas y la eficiencia administrativa. Para ello se hace hincapié en los vínculos personales y en una distribución equitativa de intervención. En ocasiones, el nivel de participación y la influencia en la toma de decisiones está vinculado al número de acciones que posee cada copartícipe o socio.
Para ordenar y sacarle provecho a la actividad se necesita ocuparse de la planificación estratégica, trazar objetivos, establecer con claridad la cultura organizacional, estudiar a la competencia a través del mejor análisis de mercado posible y llevar a cabo maniobras que persigan innovación y desarrollo aplicados a la diversificación o incorporación de servicios o productos. En resumen: para que la administración privada no fracase hay que planificar, gestionar, definir roles y responsabilidades, controlar desde las pérdidas y ganancias hasta la satisfacción de los consumidores y apostar por la competitividad. La evaluación de los resultados que se van obteniendo a lo largo de un cierto periodo es la fase que completa la rueda de acciones a implementar en empresas de gestión privada.
Por supuesto, cada parte de una compañía se focaliza en una labor específica y cada departamento es importante, pero para conseguir armonía y unidad conjuntas hay que implementar un sistema sólido de comunicación interna. Se valoran desde la división exclusivamente administrativa y el sector de logística y transporte hasta la oficina encargada de garantizar la protección de datos y la seguridad de la información porque todos son esenciales para el éxito y el crecimiento del emprendimiento. Así, por describir una realidad a modo de referencia, en el área de marketing y publicidad se trabaja en pos de las investigaciones del mercado y de hacer análisis de la competencia, se impulsan acciones y campañas promocionales, se pone atención en el servicio de ventas y distribución de mercadería (incluyendo estrategias para la modalidad e-commerce y ventas en línea, etc. En otro sector, en cambio, el liderazgo y toma de decisiones se apunta a las finanzas corporativas y se gestionan y supervisan inversiones y financiamientos, por detallar otras tareas necesarias para el buen funcionamiento de una empresa o entidad.
En la gestión privada se buscan la eficiencia, la independencia y buenos resultados al menor costo posible.
Responsabilidades en la gestión privada
Las responsabilidades en la gestión privada abarcan desde el cumplimiento de un marco legal hasta sus políticas de sostenibilidad y medio ambiente. Además, deben asumir compromisos vinculados a las relaciones con la comunidad.
Adaptar su accionar a los lineamientos del Derecho Privado, respetar las disposiciones de la legislación vigente en cuestiones laborales, poner en práctica un programa de responsabilidad social corporativa (RSC) y ofrecer un buen servicio al cliente. La ética empresarial también es fundamental en el desarrollo de una compañía y se vincula al accionar responsable en relación al respeto por la población y el entorno natural a fin de minimizar los impactos negativos de manera directa e indirecta.
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