El vocablo griego hermaphróditos, cuya terminación está influida por Afrodita (nombre de la diosa griega del amor), llegó al latín como hermaphrodītus. El concepto arribó a nuestro idioma como hermafrodita, un adjetivo que alude a quien tiene los dos sexos (femenino y masculino).
En la zoología y la biología, un organismo hermafrodita es aquel cuyo aparato reproductivo es mixto y, por lo tanto, puede generar gametos femeninos y masculinos. La autofecundación, de todos modos, es muy inusual.
Algunos ejemplos
Las lombrices de tierra son ejemplos de animales hermafroditas. Disponen de órganos reproductores femeninos y masculinos y se reproducen a través del apareamiento. Lo mismo ocurre con los caracoles, que producen óvulos y espermatozoides y se acoplan para lograr la fecundación.
Las flores hermafroditas, por otro lado, reúnen los dos sexos. En este caso, como los gametos alcanzan la madurez en momentos diferentes, la fecundación solo es posible mediante la polinización cruzada.
Personas hermafroditas
La Real Academia Española (RAE) reconoce la noción de hermafrodita para aludir a la persona que cuenta con ovarios y testículos, dando la apariencia de la existencia de ambos sexos en el mismo organismo. Sin embargo, suele considerarse que en los seres humanos existe el pseudohermafroditismo, ya que no se presenta la posibilidad reproductiva de las dos formas.
En general, se prefiere hablar de sujetos intersexuales y no de hermafroditas cuando se evidencian caracteres sexuales femeninos y masculinos en distintos grados. No es posible que un ser humano pueda producir semen con espermatozoides y, a su vez, contar con un sistema reproductor apto para gestar un feto.
Síndrome de Klinefelter
En este contexto se sitúa el síndrome de Klinefelter, el cual ataca solamente a los hombres y puede manifestarse por medio de características como la presencia de glándulas mamarias de gran tamaño (lo que se conoce con el nombre de ginecomastia), la producción de esperma en volúmenes deficientes (la azoospermia), el descenso incompleto de uno de los testículos o de ambos (la criptorquidia) y el micropene. Si bien todos estos rasgos alejan al sujeto de la descripción general de «hombre», la mayoría de los científicos no la consideran una forma de intersexualidad ni de hermafroditismo.
Un individuo humano con el denominado hermafroditismo verdadero debe presentar gónadas (órganos compuestos por gametos de un sexo determinado) cuyo tejido combine los dos sexos en diferentes proporciones; esto se conoce con el nombre de ovostesis o gónada mixta, y se define como la gónada en la cual se encuentran túbulos seminíferos y folículos ováricos. Como se menciona anteriormente, no existen casos documentados de personas que puedan producir espermatozoides y óvulos de forma simultánea, sino que en cada individuo hermafrodita sólo uno de los dos tipos se desarrolla de manera correcta.
Hermafrodita, un personaje mitológico
Retomando la mitología griega, en ella encontramos un personaje antiguo cuyo nombre en nuestra lengua es Hermafrodito o Hermafrodita. Se trata de uno de los hijos de Afrodita y Hermes, de la combinación de cuyos nombres recibió el suyo. Afrodita estaba casada con Hefesto, por lo cual el nacimiento de Hermafrodito fue el resultado de un acto de infidelidad; esto la llevó a dejar a su hijo en el monte Ida, donde las ninfas lo criaron.
Con el correr de los años, Hermafrodito adquirió una belleza sin igual, y un día se embarcó en un viaje por las tierras de la Antigua Grecia. Cuando estaba pasando por Halicarnaso decidió bañarse desnudo en un lago, y fue entonces que el espíritu Salmácride se le acercó con la intención de conquistarlo. Luego de que Hermafrodito la rechazara, lo abrazó con fuerza y suplicó a los dioses que nada los separara; le concedieron su deseo, y así fusionaron sus cuerpos, para dar lugar a una entidad hermafrodita.