La identidad de género se construye a partir de lo que siente el propio sujeto como ser sexual.
La etimología de identidad nos lleva al latín tardío identĭtas, que a su vez tiene su origen en el latín idem. Se llama identidad al conjunto de las características que resultan propias de una persona o de un conjunto de individuos. El término también puede aludir a la conciencia que un sujeto tiene de sí mismo.
La idea de género, en tanto, tiene varias acepciones. En esta oportunidad, nos interesa su acepción como el grupo que incluye a los seres humanos de acuerdo a su sexo, considerando a este más allá de la biología y teniendo en cuenta elementos culturales y sociales.
A partir de estos conceptos, podemos avanzar con la definición de identidad de género. La noción alude a la autopercepción de cada uno como ser sexual, una concepción que es individual pero que se traslada a la esfera pública.
TemasIdentidad de género y sexualidad
La identidad de género es una de las dimensiones que componen la sexualidad de una persona, junto al rol de género y a la orientación sexual. Todas estas cuestiones trascienden lo biológico.
Si nos quedamos con lo indicado en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la sexualidad está formada por los rasgos fisiológicos y anatómicos que corresponden a cada sexo. El sexo, a su vez, es orgánico: femenino o masculino.
Sin embargo, hoy se entiende que la sexualidad no está determinada por la biología. Hay un sexo biológico que se asigna al nacer de acuerdo a la genitalidad y que está definido por los cromosomas. Pero en la sexualidad entran en juego otras características.
El género es una categoría social que incluso tiene efectos legales. Se vincula con lo que siente un individuo respecto a su sexualidad y con las expectativas que la comunidad pone sobre el comportamiento de los miembros del grupo.
La identidad de género, de este modo, se forja según lo que cada uno siente sobre su propio género. Esta percepción individual, a su vez, lleva a asumir un cierto rol de género, aunque los límites y los alcances de dicho rol son difusos. Por otro lado, cada ser humano dispone de una orientación sexual que deriva en el establecimiento de determinadas clases de vínculos sentimentales.
Existen múltiples identidades de género, las cuales deben ser respetadas.
Del sentimiento a la expresión
En pocas palabras, puede decirse que la identidad de género surge del sentimiento individual (de lo que una persona «siente» sobre su sexualidad). Este constructo, que tiene independencia respecto a la orientación sexual, puede provocar la intención de propiciar una modificación de las funciones corporales y la apariencia.
Como el ser humano es un ser social, esa autopercepción se expresa de distintas maneras. La expresión puede advertirse en la vestimenta y en los pronombres que se eligen para aludir a uno mismo, por ejemplo.
Si la identidad de género coincide con el sexo biológico (o sexo asignado en el nacimiento), se habla de una persona cisgénero. En cambio, cuando el sujeto siente que su identidad difiere del sexo asignado, se trata de alguien transgénero. No hay, de todas maneras, una única identidad transgénero.
Es importante resaltar que la legislación suele reconocer el derecho a la identidad de género. Estas leyes buscan garantizar el trato digno y la libertad de que cada uno se identifique según lo que siente.
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