Incoherencia es el término que funciona como antónimo de coherencia. Más allá de presentar a esta palabra como el vocablo que sirve para marcar que a algo o a alguien le falta coherencia (es decir, una conexión o una lógica), el diccionario de la Real Academia Española (RAE) indica que esta noción también refiere a aquello que no tiene una relación o un vínculo de carácter lógico con una cosa y entonces se evidencia ahí una contradicción o incongruencia.
Entra en juego la idea de incoherencia, además, cuando se advierte un accionar que no es consecuente o congruente con una creencia o un pensamiento propio. Suele afirmarse, incluso, que un sujeto dice “incoherencias” cuando se expresa verbalmente de forma desordenada, sin perseguir un sentido o una secuencia lógica.
Para que resulte más sencillo comprender el significado teórico proponemos analizar las siguientes oraciones que apuntan a demostrar, con ejemplos concretos, en qué puede llegar a consistir una incoherencia: “Ustedes no me reconocen, pero yo soy el mismísimo Cristóbal Colón”, “Me encanta el tenis, por eso sigo atentamente la carrera de Lionel Messi”, “Se describe como ateo, pero nunca falta a misa”, “¡Pinturas, roedores, almacén!”, “¡Qué calor hace! Necesito ponerme ya un abrigo”.
Tipos de incoherencia
La incoherencia puede clasificarse en función de las particularidades que presente, en qué consista la contradicción o del ámbito en el cual se manifieste.
Es usual que se catalogue como incoherencia emocional, por ejemplo, a tener una actitud o realidad de vida que se caracteriza por un rechazo o negación de sentimientos o una tendencia a reprimir emociones. Al optar por ignorar eso que se siente o que se necesita y se hace algo en contra de la propia voluntad, no se procede conforme a los pensamientos o a los sentimientos que se tienen, por eso se produce una incoherencia caracterizada por una manera de actuar que no se corresponde con eso que, en verdad, se quiere, se precisa o se piensa.
Existen, asimismo, la incoherencia narrativa (presente en discursos, explicaciones, fundamentaciones o manifestaciones que carecen de coherencia y se prestan a confusión), la incoherencia lógica (expresión presente en el campo jurídico – del Derecho – que da cuenta de la esencia aparente de una argumentación) y la incoherencia sintáctica (como puede aparecer por un anacoluto).
Las incoherencias se producen y detectan, incluso, a nivel político, deportivo y económico, por señalar otras posibilidades.
Espacios de manifestación
La incoherencia encuentra múltiples espacios y maneras para manifestarse y detectarse.
En materia de lenguaje, puntualmente, la incoherencia da lugar a una desorganización lingüística. El uso incorrecto de palabras y recursos dentro de un texto, los errores gramaticales, la falta de cohesión y la inexistencia de una conexión coherente entre ideas pueden desencadenar una incoherencia textual.
Expertos en Psicología, en tanto, emplean el concepto de disonancia cognitiva para identificar y explicar el estado de contradicción, incomodidad y tensión que atraviesa alguien que tiene emociones, ideas o creencias que resultan incompatibles entre sí, una situación que desata un notorio y profundo malestar psicológico.
Efectos, impacto y consecuencias de la incoherencia
Actuar con incoherencia posee numerosos efectos, impactos y consecuencias.
Aceptar hacer o decir algo cuando, en verdad, se piensa, cree, siente o desea lo contrario es una incoherencia emocional que genera estrés, traumas y conflictos internos. En esa circunstancia, el individuo, que por algún motivo posee dificultades para reconocer y expresar de manera coherente lo que siente y hace, no consigue sentirse bien consigo mismo y, entonces, puede querer e intentar dañarse.
La comprensión se dificulta o hasta se torna imposible, por otra parte, cuando no hay una coherencia comunicativa. Una redacción defectuosa, un texto repleto de ideas inconexas, absurdas y contradictorias, modificaciones temáticas bruscas en el hilo de una conversación o dentro de un escrito y un discurso incoherente armado a base de frases inconclusas u oraciones desconectadas entre sí impiden que el mensaje o contenido llegue correctamente al destinatario.
No hay que perder de vista que hacer, decir o pensar incoherencias repercute, lamentablemente, en todos los ámbitos. Más allá de afectar la comunicación, impacta negativamente en la toma de decisiones, en el entendimiento, en la percepción y en las relaciones interpersonales.
Adultos de edad muy avanzada y/o personas diagnosticadas con determinadas enfermedades o condiciones, por lo general, pueden presentar episodios de confusión, desorientación, delirio y desvarío. Cuando queda alterada la lucidez mental de alguien, esta persona pierde la capacidad para expresarse con claridad y coherencia.
Cabe destacar que, ante casos de incoherencia en pensamiento o lenguaje, los especialistas en Psicología suelen recomendarle a los pacientes una terapia de tipo cognitivo-conductual, mientras que al detectarse incoherencia en la esfera de las emociones se aborda la cuestión con terapia emocional. También, en algunos casos, en pos de una mejor calidad de vida los psiquiatras recetan medicación especial para mantener estable el funcionamiento cerebral y minimizar síntomas en función del cuadro relacionado con el accionar incoherente.