El adjetivo insípido, que proviene del latín insipĭdus, alude a la ausencia de sabor. El sabor, a su vez, es la impresión que una sustancia genera en el sentido del gusto.
Cuando algo carece de sabor, o presenta un grado de sabor inferior o diferente al que debería tener, se lo califica como insípido. Por ejemplo: «No me gustó el restaurante, los dos platos que pedimos eran insípidos», «Me dio para beber un té insípido que ni siquiera estaba caliente», «A esta verdura hay que condimentarla bien ya que es algo insípida».
Debido a que lo insípido no se percibe en la lengua, no produce una sensación agradable ni placentera. Por eso siempre se trata de que los alimentos no sean insípidos. Para potenciar los sabores o modificarlos, se recurre a condimentos como sal, pimienta, especies, etc.
Más allá de los sabores, la idea de insípido se emplea para conceptuar a aquello que resulta falto de gracia, vigor o fuerza. De este modo, un crítico literario puede afirmar que un libro es insípido ya que su trama no lo atrapó en ningún momento ni le generó ninguna clase de emoción.
Un partido de fútbol que finaliza 0 a 0, en tanto, puede definirse como insípido. La calificación se vincula a que el encuentro no tuvo jugadas emocionantes y por eso resultó aburrido.
Claro que en estos casos la subjetividad juega un papel innegable, razón por la cual dos personas pueden tener opiniones muy diferentes con respecto a un mismo evento deportivo: mientras una puede encontrarlo insípido por la falta de anotaciones, la otra quizás opine que los momentos en los cuales cada equipo parecía estar a punto de obtener la victoria fueron realmente emocionantes.
En el terreno de la medicina, por último, se llama diabetes insípida a una afección bastante frecuente que se caracteriza porque los riñones pierden la capacidad de impedir la eliminación del agua. Esta enfermedad, que se conoce por la sigla DI, no es igual a la diabetes común, aunque ambas tienen algunos síntomas en común, como la sed y la micción en exceso.
Existe una forma de esta enfermedad que se conoce con el nombre de diabetes insípida central y que tiene lugar cuando el nivel de hormona antidiurética (cuya sigla es HAD y también se llama vasopresina) se encuentra por debajo de los valores normales en nuestro organismo. La HAD surge en la zona del cerebro denominada hipotálamo; luego es almacenada y secretada desde la hipófisis, en la base del cerebro.
En muy pocos casos, la causa de la diabetes insípida es un problema genético. Con respecto a sus síntomas, podemos señalar los siguientes:
* la producción de orina aumenta de manera anómala;
* el paciente siente un nivel excesivo de sed;
* la lucidez mental se ve afectada a causa del incremento en el nivel de sodio y a la pérdida de líquido como consecuencia de la incapacidad de beber que suele sufrir el paciente.
En la consulta médica, el médico debe comprobar que el paciente haya experimentado dichos síntomas además de hacerle ciertas preguntas acerca de su historia clínica. Entre los exámenes que puede indicarle se encuentran los siguientes:
* sodio y osmolaridad en la sangre;
* provocación con desmopresina, una prueba que se abrevia como DDAVP;
* resonancia magnética del cráneo;
* análisis de orina;
* concentración de la orina;
* enuresis.
El tratamiento debe enfocarse en la causa de la hipófisis insípida. Por ejemplo, se suele practicar la administración de vasopresina por medio de inyecciones, tabletas o aerosol nasal para controlar la producción de orina, mantener los líquidos en equilibrio y prevenir la deshidratación. Si el caso no es grave, entonces suele bastar con indicarle al paciente que beba más agua.