Los orígenes etimológicos de jarabe hay que buscarlos en la lengua árabe, más precisamente en el árabe clásico šarāb, que se puede traducir como «bebida». Se llama jarabe al producto que se obtiene espesando agua con azúcar y agregándole sustancias medicinales o jugos (zumos) de frutas.
Un jarabe, por lo tanto, es un líquido viscoso. En el terreno de la medicina, estas bebidas contribuyen a disimular el sabor de los fármacos, que suele ser desagradable, y además les otorgan una mayor durabilidad.
Se denomina jarabe simple a la solución de agua y azúcar que resulta homogénea y brillante. Cuando se añade un principio activo o una sustancia medicinal, se elabora el jarabe medicado. En cambio, si al jarabe simple se le suman saborizantes o aromatizantes, se produce el jarabe aromatizado.
El jarabe medicado o farmacéutico suele usarse para combatir la tos. En este contexto existen diferentes tipos de jarabes, de acuerdo a las características de la tos (seca, con flema, etc.). Por lo general la persona debe realizar un tratamiento tomando una cucharada de jarabe cada cierta cantidad de horas durante varios días.
El jarabe aromatizado, en tanto, se utiliza para la elaboración de gaseosas (también llamadas refrescos o sodas). Este jarabe se mezcla con agua carbonatada y otros ingredientes.
La expresión jarabe de palo, por otro lado, refiere a una paliza que se aplica como método de castigo o de disuasión. De dicha frase proviene el nombre de la banda de rock española Jarabe de Palo o Jarabedepalo, liderada por Pau Donés.
Desde hace mucho tiempo, hay quienes usan el jarabe para la tos a modo de estupefaciente. Si bien por lo general estas personas no lo hacen con tanta frecuencia, no deja de representar una serie de riesgos para la salud que puedan ser ignorados. Algunos periodistas han llegado a referirse a esta práctica «una nueva forma de drogarse», aunque tenga una trayectoria de varias décadas.
En el ámbito de la salud pública no es raro el tratamiento de pacientes que hayan abusado del consumo de jarabes con estos fines, aunque los enfermeros más veteranos aseguran que de ninguna manera se puede comparar su frecuencia con la de otras sustancias, tales como el cannabis, el alcohol o el tabaco.
Por cuestiones mediáticas, este fenómeno llegó a preocupar a las masas como si se tratara de una auténtica amenaza para la salud pública. Esto ocurrió en gran parte por la presencia que adquirió en las redes sociales, cuando varias personas de cierta fama comenzaron a hacer apología del consumo de jarabe para la tos con fines lúdicos.
El verbo que se usa en este ámbito es «colocarse», un coloquialismo que puede definirse como ponerse bajo los efectos de una sustancia estupefaciente. Dado que los productos antitusivos, que se emplean para combatir la tos seca de tipo irritativo no productivo, tienen una acción directa sobre el sistema nervioso central para acabar con el reflejo de la tos, es entendible que su consumo altere el ánimo.
Con respecto a la forma en la que se consumen estos jarabes para colocarse existen dos posibilidades: de manera directa, por vía oral, como se hace cuando realmente existe un cuadro de tos seca; mezclados en diferentes bebidas alcohólicas o carbonatadas, para crear productos con nombres bien específicos, que los asiduos conocen a la perfección.
El jarabe para la tos contiene dos principios activos de gran interés para estas personas: