La lactancia materna es un tipo de alimentación que consiste en que un bebé se alimente con la leche de su madre. La leche, justamente, es un alimento de características únicas que permite que la madre transmita sus mecanismos de defensa al recién nacido, mientras que el acto de amamantar logra fortalecer la relación madre-hijo.
En concreto, podemos determinar que existen dos tipos claros de lactancia materna. Así, por un lado, está la lactancia materna exclusiva que es aquella en la que el lactante sólo se alimenta de la leche extraída de su madre, exceptuando jarabes o gotas que tenga que tomar por cuestiones médicas.
Por otro lado, nos encontramos con la llamada lactancia materna predominante. En este caso concreto, el bebe el principal alimento que ingiere es el de la citada leche que procede de su nodriza o de su madre. Sin embargo, también toma jarabes, vitaminas o diverso tipo de líquidos tales como zumos, agua o incluso infusiones.
La lactancia materna y la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la lactancia materna debe ser la alimentación exclusiva de un niño en sus primeros 6 meses de vida ya que, por sus propiedades, resulta indispensable para el desarrollo saludable. Una vez superada dicha etapa, la lactancia materna debe mantenerse, junto a la introducción de alimentación complementaria en forma progresiva.
La OMS agrega que la lactancia materna debería desarrollarse hasta, al menos, los 2 años de vida. Incluso, si la madre y el niño lo deciden, podría continuarse sin límite de tiempo. Se han registrado casos donde la lactancia materna se mantuvo hasta los nueve años de edad.
Diversos estudios han demostrado, a partir del año, que la leche materna se vuelve más rica en grasas y otros nutrientes, lo que permite complementar una dieta cada vez más diversificada de los niños a partir de dicha edad.
Sus beneficios
Muchos son los beneficios que trae consigo la lactancia materna para el bebé, de ahí que, salvo excepciones, se apueste de manera contundente porque la progenitora alimente a aquel de esa manera. En este sentido, entre las principales ventajas se encuentran el que dicha leche es rica en hierro, cuenta con la composición ideal para la criatura, el pequeño que se alimenta con aquella sufre menos estreñimiento y además la puede digerir muy bien.
Y todo ello sin olvidar tampoco que además con la ingesta de dicha leche maternal se protege al bebé de cuestiones tales como la muerte súbita, de infecciones de diversa índole ya que aquella es rica en las defensas llamadas inmunoglobulinas y de enfermedades futuras. Entre estas últimas habría que destacar la diabetes, el asma, la obesidad, la alergia o la arterioesclerosis.
Asimismo entre los beneficios que aporta este tipo de lactancia se encuentran los que van en favor de la madre como es el caso de que se la protege de la osteoporosis o de que se fortalece el vínculo con su hijo.
Interrupción de la lactancia materna
El herpes simple en el pezón, el sida y la galactosemia en el bebé son alguno de los pocos motivos existentes por los cuales los médicos recomiendan suspender la lactancia materna, que incluso es compatible con numerosos medicamentos e intervenciones.
Por otra parte, la lactancia materna puede continuarse aún durante un nuevo embarazo, sin que exista ningún riesgo para el feto. Si la madre lo desea, puede amamantar a sus dos hijos de edades diferentes de forma simultánea. Esta situación es conocida como lactancia en tándem.