El concepto de modelo procede del italiano modelo, a su proveniente del latín vulgar modellus (que es el diminutivo del latín modŭlus, traducible como «medida»). El término puede hacer referencia a un ejemplar, arquetipo o prototipo que funciona como referencia para su reproducción o imitación.
También se llama modelo al esquema de una determinada realidad o de un sistema que se crea para propiciar un análisis o favorecer el entendimiento de algo.
OSI, en tanto, es la sigla correspondiente a la expresión inglesa Open Systems Interconnection (que puede traducirse como Interconexión de Sistemas Abiertos). La noción es usada por la International Organization for Standardization (ISO, u Organización Internacional de Estandarización en nuestra lengua).
Qué es un modelo OSI
El modelo OSI fue ideado por la ISO para favorecer la comunicación entre diferentes sistemas. De este modo, apela a protocolos estándar para posibilitar la conexión de las redes que vinculan a los equipos.
Se entiende al modelo OSI como una especie de lenguaje universal que se estructura en la división de los sistemas en siete capas abstractas. Cada capa se posiciona sobre la anterior, cumpliendo una función concreta.
La principal ventaja que ofrece el modelo OSI es que ayuda a la detección de problemas y permite el aislamiento de la capa en el cual se produce el fallo. Al separar la fuente del inconveniente del resto de las capas, se ahorra tiempo en la labor de resolución.
Las siete capas
La capa física es la base del modelo OSI. Se trata de la primera capa o de la capa inferior, si se considera la estructura en un sentido ascendente. Esta capa física, que se compone de los equipos que participan en la transmisión de los datos, hace posible la conversión de los mismos en secuencias de bits.
Luego aparece la capa de enlace de datos, que se encarga de la transmisión de los datos entre equipos que forman parte de la misma red. Lo que hace es dividir los paquetes en tramas. Siguiendo con el modelo OSI, continúa con la capa de red que transfiere los datos entre distintas redes, concreta la división de los segmentos en paquetes y lleva a cabo el enrutamiento.
La capa de transporte es la cuarta capa, encargada de comunicar dos dispositivos de extremo a extremo. El desarrollo del modelo OSI prosigue con la capa de sesión (que abre y cierra las comunicaciones entre dispositivos), la capa de presentación (la cual prepara los datos para su consumo) y finalmente la capa de aplicación (que entabla una interacción directa con los datos del usuario).
Se puede afirmar que los clientes de correo electrónico y los navegadores web dependen de esta séptima capa. Los protocolos SMTP y HTTP, por ejemplo, se enmarcan en la capa de aplicación.
Transmisión de los datos en el modelo OSI
La transferencia de información que resulte comprensible para las personas en una red de dispositivos tiene que atravesar todas las capas del modelo OSI. Primero el recorrido se realiza en sentido descendente y después se completa en orden ascendente.
Supongamos que Juan desea enviarle un correo electrónico a Mariana. Juan accede a su aplicación de email, redacta el texto y hace clic en «Enviar». La aplicación, de este modo, remite el mensaje a la capa de aplicación, que escoge el protocolo y transmite los datos a la capa de presentación.
La capa de presentación lleva a cabo una compresión de los datos y los envía a la capa de sesión, que da comienzo a la sesión de comunicación. Los datos arriban a la capa de transporte, donde se segmentan y luego vuelven a dividirse en la capa de red y una vez más en la capa de datos. Las tramas resultantes son enviadas por la capa de enlace a la capa física, que se encarga de convertirlos en una secuencia de bits que se transmite por un medio físico.
Allí, el mensaje de Juan llega al sistema de Mariana. Entonces se inicia el trayecto a través de las capas del modelo OSI pero en el orden inverso.