El naturalismo es un sistema filosófico que destaca a la naturaleza como el primer principio de la realidad. La corriente naturalista sostiene que la naturaleza está formada por la totalidad de las realidades físicas existentes y, por lo tanto, es el origen único y absoluto de lo real.
Para el naturalismo filosófico, todo lo real es natural y viceversa; no existe realidad posible fuera de los límites de la naturaleza. Asimismo, cabe señalar que niega la dualidad naturaleza-espíritu, ya que este último es considerado como una forma especial de la primera, y reductible a ella.
El materialismo (en oposición al idealismo) y el mecanicismo (la naturaleza como un conjunto de procesos regidos por leyes y magnitudes mecánicas) son otros conceptos que contribuyeron al desarrollo del naturalismo.
El naturalismo como movimiento artístico
Más allá de la filosofía, el naturalismo es un movimiento artístico y estético que se encarga de reproducir las creaciones de la naturaleza. Tuvo particular importancia en la literatura del siglo XIX, a partir del seguimiento de los métodos de la ciencia experimental. El periodista y escritor francés Émile Zola (1840–1902) está considerado como el máximo exponente y teórico del naturalismo.
Entre las principales características del naturalismo artístico, se encuentra la preponderancia de la fisiología en la conducta de los personajes, la denuncia social, el anticlericalismo, el determinismo positivista (los personajes están determinados por la genética y el medio), el pesimismo y tremendismo.
El naturalismo también suele presentar el erotismo como una enfermedad social, relacionada con la prostitución y la pornografía. El sexo, por lo tanto, no está vinculado al placer o al amor, sino al vicio y a la decadencia.
Luis Miguel Domínguez Mencía, cuidador de la naturaleza
El naturalista Luis Miguel Domínguez Mencía nació en Madrid, España, en el año 1963 y se lo conoce especialmente por haber dirigido series televisivas acerca de la naturaleza, aunque ha también colaborado con programas radiofónicos y lleva publicados cinco libros, entre los que se encuentran «Guía de la fauna callejera» y «Tierra nuestra, vida nuestra«. Además de contar con una amplia experiencia, atrapa a sus oyentes con su carisma y su inconfundible voz, mientras comparte sus conocimientos de una forma amena y cercana.
Sus intereses no se limitan a la ecología, ya que expresa una profunda admiración por los avances tecnológicos y, en general, por cualquier actividad del ser humano. Sin embargo, uno de sus principales objetivos es conseguir que nuestro desarrollo como civilización impacte lo menos posible en la naturaleza, que consigamos vivir de una forma eco-eficiente. Se conoce que promueve activamente la libre expresión, lo cual se aprecia en los innumerables debates de los que participa junto a personas que lejos están de sentir respeto por sus ideas.
El naturalismo como guía
A través de su trabajo, Domínguez Mencía aboga por el respeto hacia los paisajes naturales y por la conservación de la diversidad biológica. Además, no sólo busca generar conciencia acerca de la importancia de las especies salvajes, sino también de las callejeras, para lo cual realiza una incansable labor de estudio y difusión de la riqueza de la fauna urbana y de sus necesidades.
Si bien es especialmente conocido en España, su pasión por la naturaleza lo ha llevado a recorrer varias partes del mundo, a empaparse de las problemáticas que enfrentan países tan diversos como Brasil o Italia, para aportar su granito de arena en el arduo e interminable camino hacia la convivencia en armonía entre el ser humano y el resto de las especies.
Algunas de las series de televisión de su autoría son «Amazonia, última llamada«, «De campo y sin merienda» y «El naturalista en casa«. Por otro lado, se cuentan los documentales «Korubos. Morir matando» e «Invasores«.