En el sánscrito es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término ópalo que ahora nos ocupa. En concreto, emana de la palabra “úpala”, que puede traducirse como “piedra preciosa”.
No obstante, de esa palabra derivó la griega “opallios”, que es sinónimo de “piedra buena para los ojos”, y de la misma se produjo el sustantivo latino “opalus”, que es equivalente a “joya de distintos colores”.
En nuestro idioma el concepto se convirtió en ópalo: así se denomina a un mineral silíceo que puede encontrarse en distintas tonalidades.
El ópalo tiene una estructura semejante a la del cuarzo, aunque cuenta con agua en su interior. Pese a que es duro, también resulta quebradizo.
Existen diferentes tipos de ópalos, que pueden ser opacos o traslúcidos. Gracias a las partículas microscópicas que los componen, tienen la capacidad de reflectar los rayos lumínicos y convertirlos en los tonos del arco iris.
Además de todo lo indicado, hay que subrayar que se considera que el ópalo es un mineral que tiene ciertas propiedades significativas. En concreto, se cree que estimula lo que es la creatividad, mejora la autoestima e incluso potencia lo que es la espontaneidad de la persona.
El ópalo noble, por ejemplo, resulta casi transparente. El ópalo girasol, en tanto, es amarillento, mientras que el ópalo de fuego se destaca por su rojo brillante.
Además de estos ópalos, existen otros también muy significativos. Este sería el caso, por ejemplo, del ópalo verde, que se considera que ayuda regenerarse emocionalmente y también a rejuvenecer cualquier relación.
El ópalo azul, por su parte, se cree que mejora la capacidad de comunicación mientras que el ópalo de color negro o gris parece ser que ayuda a procesar todas las emociones que se tienen.
De la misma manera, no hay que pasar por alto el ópalo blanco, que se cree que puede ayudar a fortalecer lo que es el corazón, y tampoco el ópalo rosa, que se considera una buena herramienta para que una persona se centre en su vida emocional y profesional.
Las distintas variedades de ópalo pueden hallarse en países como Australia, México, Estados Unidos, Honduras, Venezuela, Brasil, Perú, Tanzania y Etiopía.
La extracción se realiza de rocas sedimentarias mediante un trabajo manual. La mayoría del ópalo se obtiene de yacimientos australianos.
Cabe destacar que el uso más habitual del ópalo aparece en el terreno de la joyería. El juego de colores que se produce a partir del reflejo de la luz y que varía de acuerdo al ángulo de observación es su característica más apreciada.
Es interesante conocer también que en ese ámbito de la joyería, el ópalo se asocia al decimocuarto año de matrimonio y que vaticina buena fortuna.
A dicha particularidad se la denomina opalescencia. A medida que la luz atraviesa las diversas capas de la piedra, se produce el efecto que sorprende a los observadores. Gracias a esta cualidad, muchas joyas se fabrican utilizando ópalos.
Para conservar las características del ópalo, es importante que no pierda agua. Por eso es necesario resguardar la gema de los ambientes muy secos, del calor excesivo y de los cambios abruptos de temperatura.
