La ornitología es la rama de la zoología centrada en el estudio de las aves. El término procede del latín científico ornithologia.
Un ave es un animal del grupo de los vertebrados, cuyo cuerpo se encuentra recubierto por plumas. La presencia de un par de alas y de un pico de forma córnea son otras características de estas criaturas que son analizadas por los expertos en ornitología.
Los orígenes de la ornitología son remotos y pueden ubicarse en la Edad de Piedra, cuando el hombre prehistórico comenzó a representar figuras de aves en dibujos. La necesidad de cazar estos animales para usarlos como alimento; la domesticación y cría de aves de corral; y la cetrería contribuyeron, poco a poco, al desarrollo de los conocimientos de este campo.
Como ciencia especializada, la ornitología fue avanzando con el paso del tiempo. Numerosos científicos, a través de sus estudios y publicaciones, fueron claves en este proceso. También resultaron indispensables ciertos descubrimientos tecnológicos como los telescopios y otros instrumentos ópticos que posibilitaron la observación de los ejemplares silvestres en diferentes ámbitos.
Una de las particularidades de la ornitología es la relevancia de los aportes de los aficionados. Existen guías para observar e identificar aves que ayudan a que muchas personas se introduzcan en la disciplina y lleven a cabo sus propios trabajos, muchas veces siguiendo el método científico.
Entre las aplicaciones habituales del saber de la ornitología, pueden nombrarse los esfuerzos que se llevan a cabo para la conservación de las especies, el tratamiento de ciertos animales como plagas y el aprovechamiento de la carne, los huevos y las plumas.
Si bien la ornitología tiene una historia muy extensa, no es tan común como otras ciencias. Sin embargo, una de sus particularidades es que cualquier persona puede comenzar a practicarla con un mínimo de preparación e instrumental, ya que no exige una gran inversión económica.
Como en cualquier disciplina de observación, no debemos subestimar la importancia de la dupla «lapiz y papel», necesaria para los científicos en general y especialmente útil cuando estamos en medio de un bosque intentando descubrir los secretos de las aves. Es cierto que en la actualidad mucha gente aprovecha las ventajas de ciertos dispositivos electrónicos como teléfonos y tabletas, en especial los que incluyen un lápiz, pero prescindir de las baterías, las pantallas y todas las complicaciones que acarrean no está nada mal.
La herramienta básica del ornitólogo son los prismáticos, ya que nuestra vista no es suficiente para observar los detalles de las aves a varios metros de distancia. Esto no significa que no podamos arreglarnos con un anotador y un lápiz para comenzar, sino que sin un instrumento para potenciar nuestros ojos seguramente estaremos muy limitados.
Uno de los consejos más generalizados para quienes están por dar sus primeros pasos en el mundo de la ornitología es conseguir un compañero que tenga experiencia, preferentemente que conozca las aves de la zona en la que deseamos comenzar. Esto no siempre es posible, pero puede evitarnos muchos errores y descuidos típicos además de darnos consejos invaluables que nos ayuden a desarrollar nuestro verdadero talento.
Otro buen consejo es comenzar muy temprano por la mañana, ya que es el momento del día en el que podemos avistar el mayor número de aves. Entre las nocturnas y las que se despiertan a primera hora, seguramente tengamos suficiente material para estudiar. Es muy importante moverse haciendo el menor ruido posible, para evitar ahuyentarlas.
Además de los prismáticos, el otro dispositivo necesario es la cámara fotográfica. Horas, días y meses de trabajo observando pacientemente a las aves, tomando nota de sus comportamientos y de las características de su cuerpo merecen un precioso y completo álbum que podamos adjuntar a nuestra investigación.