La paleoantropología es la especialización de la antropología centrada en el análisis de la evolución humana partiendo de sus restos fósiles. Los registros fósiles, por lo tanto, son su principal material de estudio.
Cabe mencionar que la paleontología es la ciencia que se dedica a estudiar los restos fósiles para conocer a los organismos que vivieron en el pasado terrestre. Por eso la paleoantropología también suele ser mencionada como la paleontología humana.
La importancia de los fósiles es incalculable en ésta y otras disciplinas relacionadas, ya que es la fuente de conocimiento más importante sobre la vida que se extinguió. No por nada este término aparece con tanta frecuencia; en su etimología encontramos que surgió para designar cualquier objeto curioso que se encontrara bajo tierra.
El proceso de fosilización de los organismos también se registra y se estudia, ya que puede durar millones de años a lo largo de los cuales tienen lugar diferentes cambios en la estructura y la composición, con diferentes grados de intensidad. La conservación de estos restos es fascinante para casi cualquier persona, pero la ciencia convierte estas evidencias en conocimiento que nos enseña acerca de nuestro pasado y el del planeta en general.
La biología, la geología y la arqueología son otros campos del saber que mantienen un vínculo cercano con la paleoantropología. Sus técnicas permiten la búsqueda, el análisis y la interpretación de elementos del pasado de la humanidad.
Por lo general la paleoantropología trabaja con fósiles de huesos: es decir, con piezas óseas que se han petrificado por motivos naturales. De todos modos, también puede investigar huellas y obtener información de herramientas muy antiguas.
Dado que la paleoantropología se interesa en la evolución del ser humano, no deja fuera de su estudio a los primates, el orden de mamíferos al que pertenece nuestra especie y que se considera el más cercano a nivel de parentesco.
La prehistoria es otro de los puntos fundamentales de la paleoantropología. es el periodo que transcurrió desde que aparecieron los homininos (una subtribu de los primates que se distinguieron por estar erguidos y usar solamente dos de sus patas para movilizarse), predecesores del Homo sapiens, hasta el punto en el cual se elaboraron los primeros documentos escritos de los cuales tenemos evidencias.
Toda esta información que la paleoantropología toma para llevar a cabo sus investigaciones debe situarla en un contexto en el cual se conjuguen las características biológicas y las geológicas que den lugar a una comprensión más precisa de los hallazgos arqueológicos. Un mismo elemento puede tener dos significados muy diferentes dependiendo de la época y la parte del mundo en los que se sitúe, y esto se acentúa cuando la distancia temporal se cuenta en siglos o milenios.
Como puede apreciarse, la paleoantropología se alimenta de un gran número de disciplinas. Además de las mencionadas hasta ahora, vemos algunas de las restantes a continuación: biología, paleontología humana, morfología comparativa, teoría de la evolución, tecnología, tafonomía, tipología, estratigrafía, datación y geocronología.
En cuanto al nacimiento de la paleoantropología, se lo suele asociar al descubrimiento de los huesos fósiles del hombre de Neandertal en 1856. Dicho hallazgo en una cantera de un valle alemán permitió tomar conocimiento de una especie de homínido diferente al Homo sapiens.
A partir de entonces, el estudio de los huesos fósiles fue avanzando hasta constituir una rama específica de la antropología. Gracias a esta disciplina, es posible aprender sobre el origen, la evolución y la extinción de seres vivos pretéritos, además de conocer las relaciones que establecían con su entorno y entre ellos, el modo en que se distribuían en la superficie terrestre, sus migraciones y otras cuestiones.