La política ambiental busca reducir la contaminación del suelo.
La política ambiental es el conjunto de las medidas adoptadas por un gobierno con el objetivo de preservar el medio ambiente e impulsar el desarrollo sostenible. Estas acciones permiten crear el marco normativo y de actuación para alcanzar los objetivos planteados en materia ecológica.
Cabe destacar que, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), la idea de política refiere a la actividad que se lleva a cabo para incidir en la cuestión pública o en la administración gubernamental. Ambiental, en tanto, alude a lo vinculado al ambiente (la atmósfera o, en un sentido más amplio, los factores que caracterizan a un sitio o momento).
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ResumenConcepto de política ambiental
La política ambiental se desarrolla a partir de las disposiciones de los gobernantes que apuntan a salvaguardar las condiciones naturales, teniendo en cuenta sobre todo su incidencia en el bienestar de la población. En este contexto, se busca armonizar el cuidado del entorno con las necesidades sociales y económicas.
Hay que considerar que, más allá de la esfera estatal, también puede hacerse referencia a la política ambiental de una empresa. La responsabilidad ambiental forma parte de la responsabilidad social corporativa, algo muy importante especialmente en el caso de las grandes compañías.
De este modo, puede distinguirse entre una política ambiental pública y una política ambiental privada. Por supuesto, ambas se enmarcan en la legislación ambiental vigente.
La conservación de hábitats es una de las premisas de la política ambiental.
El cambio climático
Uno de los desafíos más importantes que tiene la política ambiental en la actualidad es la lucha contra el cambio climático. Aunque es un tema polémico, existe un consenso acerca de la incidencia del ser humano en el calentamiento global que provoca numerosos efectos negativos.
Se entiende que las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero que realiza el hombre a través de la industria y de sus hábitos y prácticas provocan un efecto invernadero: los rayos de sol que llegan a la superficie terrestre rebotan y no pueden regresar al espacio exterior debido a la contaminación del aire. Esta particularidad provoca un incremento de la temperatura en la Tierra, que deja especies en peligro de extinción, genera desertificación y sequía y favorece los fenómenos climáticos extremos.
Para reducir la huella de carbono y atenuar este fenómeno, la política ambiental internacional ha generado instrumentos como el Acuerdo de París y el Protocolo de Kioto. Estos convenios y compromisos establecen regulaciones de emisiones y apuntan a propiciar un cambio en la matriz energética.
La política ambiental debe promover la construcción sostenible.
La política ambiental y la energía
La transición energética es uno de los principales objetivos de la política ambiental global. En este sentido, se pretende reducir el uso de combustibles fósiles y apostar por las energías renovables, como la energía eólica y la energía solar.
Esta transición energética no solo involucra a las actividades industriales. También, mediante la educación ambiental y la concientización, se espera que la comunidad se vuelque a la movilidad sostenible y elija vehículos eléctricos, por ejemplo, y que recurra a electrodomésticos y artefactos con eficiencia energética.
Uso sostenible de recursos
La política ambiental, asimismo, aspira a promover el uso sostenible de recursos para la conservación de la biodiversidad. Desde el Estado, se establecen las regulaciones necesarias para que el impacto humano sea lo más acotado posible y no comprometa el futuro de las próximas generaciones.
Por eso se crean áreas protegidas, como parques nacionales y reservas naturales, que sirven para que el accionar humano no deteriore espacios imprescindibles para la naturaleza y para la vida en general. La protección de los océanos, por supuesto, no queda afuera de esta mirada.
La política ambiental también suele combatir la deforestación y, de forma simultánea, impulsar la reforestación. Los árboles son claves para la calidad del aire e incluso para la conservación del suelo.
De una manera similar, una política ambiental adecuada incentiva la agricultura sostenible para reducir la degradación del suelo. Esto debe desarrollarse sin descuidar la seguridad ni la soberanía alimentaria.
La gestión de residuos, con énfasis en el reciclaje, es otro aspecto central de la política ambiental. Muchas actuaciones se basan en la llamada Regla de las Tres Erres: reducir, reutilizar y reciclar.
Problemáticas de la política ambiental
La política ambiental enfrenta una gran cantidad de desafíos y problemáticas. Como ya indicamos, estas medidas y decisiones están estrechamente ligadas a la marcha de la economía. Muchas veces se produce un conflicto entre la necesidad de producción y el cuidado del medio ambiente, con lo cual las autoridades deben hacer un equilibrio.
Las grandes empresas, con su poder de presión, tienden a impedir las normativas más avanzadas en materia ambiental. Por otro lado, hay urgencias sociales que también atentan contra estas políticas (por ejemplo, la planificación urbana sostenible queda en un segundo plano ante la crisis habitacional y la irrupción espontánea y desorganizada de barrios precarios).
Hay que mencionar, además, la escasa conciencia que suele mostrar la sociedad. Millones de personas mantienen hábitos que perjudican al planeta, en ocasiones por falta de conocimiento, pero muchas veces por ausencia de voluntad de cambio.
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