Definición de

Degradación del suelo

Desertificación

Es necesaria la planificación del uso de la tierra para evitar la degradación del suelo.

La degradación del suelo es un fenómeno que se produce cuando un terreno sufre un deterioro de su capacidad para cumplir con sus funciones habituales. Dicho detrimento puede darse naturalmente o ser provocado por el ser humano con sus acciones.

Cabe destacar que degradación es el acto y el resultado de degradarse o degradar: perder cualidades o disminuir la intensidad de algo de forma progresiva. La noción de suelo, en tanto, alude a la superficie del planeta.

Causas de la degradación del suelo

La degradación del suelo puede generarse por distintas causas. La agricultura intensiva, la deforestación, el sobrepastoreo y el cambio climático son los principales motivos, que provocan diversos efectos.

Las prácticas agrícolas pueden originar la pérdida de nutrientes del suelo por el monocultivo, el abuso de fertilizantes químicos y el riego inadecuado. La labranza y el arado también contribuyen a la problemática y al impacto ambiental.

La industria maderera y la expansión de la urbanización están entre las actividades que llevan a la deforestación. La ganadería, a su vez, suele recurrir a un pastoreo excesivo, incrementando la compactación del suelo y agotando la cubierta vegetal.

El calentamiento global es responsable de la sequía y la desertificación, que además puede combinarse con la contaminación del suelo por los vertidos de diferentes industrias y la eliminación inadecuada de los residuos.

Ganado

Optar por el pastoreo rotacional contribuye a reducir la degradación del suelo.

Clasificación según el tipo

Es posible clasificar la degradación del suelo en dos grandes tipos. Por un lado aparece la degradación por el desplazamiento de partículas, que está asociada a la erosión. El viento y el agua, en este marco, arrastran partículas y provocan el daño.

Por otra parte, existe la llamada degradación in situ. La degradación física del suelo que se vincula a la artificialización y la compactación se enmarca en esta clase de procesos. Lo mismo ocurre con la degradación química del suelo, relacionada con la pérdida de materia orgánica, la salinización y la acidificación.

Otros analistas reconocen asimismo la degradación ecológica (atada al cambio climático) y la degradación biológica del suelo (que se da cuando cae la actividad microbiana, derivando en una reducción del rendimiento).

Consecuencias de la degradación del suelo

Las consecuencias de la degradación del suelo son numerosas. Pueden ir desde la desertificación hasta la inundaciones, pasando por la caída de la producción de alimentos a nivel global.

La desertificación, por ejemplo, irrumpe cuando se pierden nutrientes y el terreno se vuelve poco propicio para el desarrollo vegetal. Las inundaciones, por su parte, se tornan frecuentes al caer la calidad del suelo, que comienza a perder su poder de absorsión y así el agua de las precipitaciones fluye hacia los ríos, los lagos, los arroys, etc.

Hay, además, otras consecuencias más directas. La acidificación del suelo surge ante un uso inconveniente de fertilizantes o una mala selección de cultivos que promueve una caída del pH.

La salinización del suelo, en tanto, emerge si el nivel de sal crece en exceso. Lo habitual es que un riego improcedente, un drenaje deficiente o una elevada tasa de evaporación causen la aumulación de sales en las raíces de las plantas.

Otro efecto de la degradación es la compactación del suelo. Esto es inducido por la maquinaria agrícola e impide que las raíces sean capaces de brotar.

Zanahoria

La agricultura sostenible contribuye a minimizar la erosión del suelo.

Medidas para prevenirla y minimizarla

Para prevenir y minimizar la degradación del suelo, se pueden tomar muchas medidas. Entre ellas, optar por la rotación de cultivos (que reduce las posiblidades de que se agoten los nutrientes, incrementa la fertilidad y favorece la lucha contra enfermedades y plagas).

También es necesario evitar la labranza intensiva y apostar por la labranza reducida o la siembra directa. Aplicar un riego eficiente (como el riego por goteo), controlar el uso de fertilizantes, recurrir a cultivos de cobertura y desarrollar terrazas de cultivo cuando resulta posible permiten un uso de la tierra más racional.

La degradación del suelo y la seguridad alimentaria

Combatir la degradación del suelo es necesario para la seguridad alimentaria y para acercarse al hambre cero, afirma la Organización de las Naciones Unidades para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El organismo destaca que en el suelo se encuentran los nutrientes, el agua y los microorganismos imprescindibles para la producción de los alimentos.

Las cifras de la FAO indican que, si se mantiene el actual ritmo de erosión, para 2050 más del 90% de los suelos del planeta se encontrarían degradados (es decir, con peores cualidades que las de hoy).

La degradación del suelo lleva a la producción de alimentos menos nutritivos, atenta contra el suministro de agua y perjudica a la biodiversidad. También puede provocar daños en la infraestructura urbana y forzar a la migración por el aumento de la pobreza.

La FAO señala que el 95% de los alimentos que consume el ser humano procede del suelo. Esta cifra refleja que frenar la degradación resulta imprescindible, con lo cual tendría que ser una prioridad para todos los gobiernos.

Cómo citar este artículo Julián Pérez PortoPublicado por Julián Pérez Porto, el 21 de noviembre de 2023. Degradación del suelo - Qué es, causas, clasificación y consecuencias. Disponible en https://definicion.de/degradacion-del-suelo/
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