El verbo proponer se asocia con el momento en el cual una persona le pide matrimonio a su pareja
Con origen en el vocablo latino proponĕre, proponer es un verbo que alude a realizar una propuesta. Las propuestas, en tanto, son ideas o proyectos que se expresan para ponerlos en consideración de alguien.
TemasAlgunos ejemplos
Por ejemplo: “Esta noche le voy a proponer matrimonio a mi novia”, “No creo que sea inteligente proponer un nuevo acuerdo”, “Te quiero proponer un negocio, ¿tienes un minuto para hablar conmigo?”.
Analicemos los ejemplos que mencionamos líneas arriba. Quien le “propone matrimonio” a su pareja, le solicita casamiento: es decir, le propone formalizar la unión sentimental a través de un procedimiento legal o del desarrollo de un ritual.
Aquel que cree inconveniente “proponer un nuevo acuerdo”, por su parte, transmite su opinión sobre un eventual futuro convenio, considerando que no resulta positivo o ventajoso. Por otro lado, quien desea “proponer un negocio” tiene planeado presentar una oportunidad comercial, productiva o financiera a su interlocutor.
Manifestar una intención
Cuando un individuo se encarga de proponer algo, manifiesta una intención o un deseo. La finalidad es lograr una cierta respuesta o reacción de otra persona o de un conjunto de sujetos.
Es importante tener en cuenta que proponer no equivale a imponer. Al proponer, se realiza una sugerencia o una invitación que el otro puede rechazar. Si un joven le propone a una chica realizar un viaje juntos, la muchacha puede decir “no” sin que esto le genere problemas. Distinto sería el caso si el hombre secuestrase a la mujer y la lleva por la fuerza.
Este verbo se usa a diario en casi todos los ámbitos, siempre que exista el grado suficiente de libertad para todos sus miembros. Podemos proponer nuestras ideas a nuestros amigos, padres, hermanos y compañeros de trabajo, entre otros componentes de nuestro círculo social, tanto para potenciar los planes que tenemos en común como para ayudarlos a obtener mejores resultados en los suyos.
Y en este punto entran en juego los matices de la intención, que pueden indicar un cierto interés personal o un total altruismo. En este último grupo entraría la propuesta de salir a caminar y charlar a un amigo que acaba de perder a un ser querido: el objetivo sería ayudarlo a despejarse, darle un espacio para desahogarse, en lugar de permitir que se quede encerrado en su casa llorando sin consuelo. Una propuesta más común, como una invitación al cine, en cambio, suele perseguir el disfrute de todas las partes.
Podemos proponer salidas, viajes y otras actividades a nuestros amigos para hacer juntos
Recomendar a un candidato
En el ámbito laboral o académico, la idea de proponer refiere a recomendar a alguien para que asuma un cargo, acceda a un honor o consiga un puesto: “El consejo superior va a proponer a la experimentada profesora como nueva directora del área”.
Así como en los otros usos de este verbo, cuando una persona propone a otra para un puesto o la recepción de un determinado honor, no impone su opinión sino que ésta debe ser evaluada por el organismo correspondiente para que finalmente se tome una decisión. Fuera del ámbito empresarial, hay diferentes casos en los cuales se puede observar esta acepción; un claro ejemplo son algunos premios literarios, cuyos candidatos deben ser propuestos por autoridades del ámbito antes de la selección final.
Nótese que esto no significa que no exista un mérito propio para acceder al trabajo o el premio; por el contrario, salvo en los casos de acomodo por conexiones, para que alguien sea propuesto por otro profesional debe contar con una trayectoria sólida y respetable, que «hable por sí sola». Si bien no existe un examen específico, la propia carrera hasta el momento de la recomendación es la prueba fehaciente de sus habilidades y su compromiso.
