Para obtener la licencia de radioaficionado hay que aprobar un examen y cumplir con ciertos requisitos.
Un radioaficionado es un individuo que dispone de autorización para enviar y recibir mensajes a través de ondas radioeléctricas, utilizando las bandas de frecuencia que se establecen por vía administrativa. Los radioaficionados desarrollan su actividad de manera amateur y sin fines de lucro.
Antes de avanzar, es importante indicar que se denomina onda radioeléctrica a la onda electromagnética que se usa en la radiodifusión. Las ondas electromagnéticas, en tanto, son perturbaciones que se generan con periodicidad en un campo electromagnético, propagándose por el espacio.
A la telecomunicación que se concreta con ondas de radio se la llama radiocomunicación. La radiofrecuencia (es decir, el espectro de radio empleado en estas telecomunicaciones) se sitúa entre los 3 hercios y los 300 gigahercios.
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ResumenQué es un radioaficionado
Un radioaficionado es una persona interesada en la radiotecnia y avalada por la licencia correspondiente que desarrolla acciones de intercomunicación, investigación técnica e instrucción con su estación de radio. Es habitual que los radioaficionados formen parte de un radioclub: una organización no lucrativa que ofrece cursos de formación y gestiona ante las autoridades el trámite para la obtención de las licencias.
Los radioaficionados son categorizados según sus conocimientos y experiencias. Aspirante, Novicio, Intermedio, General, Superior y Especial son algunas de las categorías que pueden existir, dependiendo del ordenamiento de cada país.
Para acceder a una u otra categoría se deben cumplir con los requisitos establecidos por reglamento y aprobar los exámenes dispuestos. En base a la categoría, el radioaficionado obtiene la licencia para utilizar una potencia máxima.
Es interesante señalar que existe la figura del radioescucha. En este caso, el sujeto obtiene un certificado que le permite instalar y operar receptores para bandas de radioaficionados pero no transmisores, transceptores ni otros dispositivos o equipos que puedan realizar la emisión de señales de radiofrecuencia.
El ruido atmosférico puede afectar las comunicaciones entre radioaficionados.
Características de las comunicaciones
Los radioaficionados establecen comunicaciones usando distintas clases de equipos de radiocomunicaciones. Esto les permite enviar y recibir mensajes entre sí, favoreciendo la autoformación en técnicas de radio y comunicándose con un fin recreativo.
Esta comunicación inalámbrica puede volverse muy importante en catástrofes. Ante un colapso de infraestructuras de telecomunicación, los radioaficionados están en condiciones de seguir transmitiendo mensajes, brindando un servicio imprescindible a su comunidad.
Si bien las bandas de radioaficionados abarcan un conjunto acotado de frecuencias, en ellas se puede transmitir tanto voz como imágenes, textos y otros datos. Hay que destacar que las ondas radioeléctricas pueden atravesar ciudades, países, continentes y hasta llegar al espacio.
En la actualidad, los radioaficionados incluso pueden enviar o recibir comunicaciones radiales entre transceptores o computadoras con conexión a redes privadas virtuales (VPN) en Internet.
Las comunicaciones que se establecen a larga distancia se conocen como comunicaciones de DX (distancia). El radioaficionado DX-ista debe respetar un código de conducta: por ejemplo, tiene que escuchar antes de iniciar una llamada y no debe generar interferencias cuando se comuniquen otras estaciones.
La propagación de ondas de radio de un radioaficionado se realiza a través del espacio desde una antena transmisora hacia una receptora.
Equipo de un radioaficionado
El equipo de un radioaficionado varía según las posibilidades y los objetivos de cada uno. Un transceptor (dispositivo que integran un receptor y un transmisor), una antena y un cable que lleve la señal del transceptor a la antena y viceversa son los elementos básicos.
En los orígenes de la radioafición, los transmisores y los receptores se desarrollaban por separado. Los propios radioaficionados eran quienes construían los dispositivos, algo que se mantuvo hasta la década de 1950.
A partir de entonces, surgieron fabricantes que empezaron a comercializar los equipos de radio. Para los años ’70, prácticamente la totalidad de los transmisores ya eran transceptores (es decir, contaban también con capacidad de recibir señales).
Un walkie-talkie es un ejemplo de transceptor, en este caso portátil. Estos objetos permiten transmitir y recepcionar ondas radioeléctricas. Aunque nacieron como instrumentos de la policía y los servicios de emergencia, hoy incluso se usan como juguetes para niños cuando se trata de comunicadores de baja potencia.
Los modos de operación
Los radioaficionados pueden recurrir a diversos modos de operación. Entre los tradicionales se encuentran la modulación de frecuencia (FM), la modulación de amplitud (AM), el radioteletipo (RTTY) y la radiotelegrafía.
D-Star, FT8, Packet Radio, Echolink con VoIP y FT8 son otros modos de comunicación que se utilizan en la actualidad.
Los radioaficionados y el código Q
Los radioaficionados suelen usar el código Q, que consta de señales compuestas por tres letras. Este código surgió a comienzos del siglo XX, siendo impulsado por las autoridades inglesas como un listado de abreviaturas para facilitar las comunicaciones entre las estaciones costeras y las embarcaciones.
La combinación QSL (confirmación de contacto) es posiblemente la más conocida. Se usa a modo de acuse de recibo para corroborar si un mensaje llegó correctamente.
QRQ (para incrementar la velocidad de transmisión), QRP (para bajar la potencia de emisión), QSY (para modificar la frecuencia) y QRZ (para solicitar identificación) son otros códigos Q que se usan de manera habitual.
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