Una rampa es un elemento de la arquitectura o de la ingeniería que permite vincular dos lugares que se encuentran a diferente altura. Lo que ofrece la rampa es un camino descendente o ascendente para trasladarse de un espacio a otro a través de su superficie.
Por ejemplo: «Ten cuidado que la rampa tiene una inclinación muy grande y puedes caerte», «La rampa para subir al autobús está rota», «Deberían construir una rampa en el ingreso a este edificio».
La rampa, en definitiva, es un plano inclinado que se utiliza para ascender o descender por él. Gracias a su disposición, las rampas pueden contribuir al desplazamiento de una carga con un menor esfuerzo.
Rampas en supermercados y centros comerciales
En los supermercados y centros comerciales, por ejemplo, es común la presencia de rampas para que resulte más sencillo el tránsito con los carros llenos de productos.
Por otro lado, existen ciertas rampas mecánicas que consisten en cintas con superficies de acero especialmente diseñadas para que las ruedas se aferren a ellas y no se deslicen, que representan una excelente manera de no privar a quienes llevan carros de aprovechar las comodidades de las escaleras mecánicas.
Mayor accesibilidad
Las rampas, por otra parte, le confieren mayor accesibilidad a un edificio. Supongamos que, para ingresar a un museo, la única manera de acceder a la puerta es subiendo por una escalera de cincuenta escalones. Esta particularidad haría que las personas con movilidad reducida (ancianos, individuos que se desplazan en una silla de ruedas, etc.) no tengan la posibilidad de entrar al museo.
Si en dicho edificio existiera una rampa, en cambio, el ingreso se haría más accesible. Quienes utilizan una silla de ruedas podrían subir y bajar por la rampa sin grandes dificultades.
En muchas ciudades, los gobiernos locales aún no han tomado consciencia de lo difícil que puede ser para una persona lisiada moverse por las calles, hacer uso del transporte público y visitar ciertos edificios tales como bancos y supermercados sin la presencia de rampas. No debemos olvidar que no todos cuentan con alguien que los acompañe y los asista a la hora de superar una escalera o un escalón excesivamente alto; así como quienes pueden hacer uso de sus dos piernas tienen derecho a recorrer las calles con libertad, lo mismo debería ocurrir para el resto.
Desde hace ya unas décadas, los medios de transporte suelen incluir rampas que se activan para permitir el ascenso y el descenso de estas personas, aunque no todo funciona como debería: entre los desperfectos que no se solucionan de forma inmediata y los errores de medición que llevan a fabricar rampas que quedan demasiado lejos de la acera, en muchos casos el esfuerzo termina pareciendo en vano, ya que no facilitan la movilidad de quienes deben circular en silla de ruedas.
Rampas deportivas
Las rampas deportivas son aquellas que se emplean para el desarrollo de maniobras en ciertas disciplinas, como el snowboard o el skateboard. Con forma de U (lo que se conoce como half-pipe o medio-tubo), el competidor se desliza desde la parte superior de la rampa y adquiere velocidad con la caída, realizando saltos y piruetas.
Los deportistas deben aprovechar ciertos conceptos básicos de la física para que la presencia de la rampa les otorgue beneficios imposibles de conseguir de otra forma. El principal de ellos es el momento lineal, también conocido como cantidad de movimiento, momentum o ímpetu, que puede entenderse de diferentes maneras, de acuerdo con la teoría mecánica en cuestión; según la clásica, por ejemplo, se trata de la velocidad de un cuerpo y de su masa en un punto cualquiera del tiempo.
En deportes que utilizan rampas en forma de U, cada trayecto de una punta a otra genera un aumento en la velocidad, y justamente aprovechar el momentum es la clave para conseguir más altura, aunque también es necesario evitar un exceso de velocidad que acabe por causar la pérdida de control.