La red eléctrica es la infraestructura que hace posible que la electricidad llegue del proveedor al usuario. Gracias a sus diversos componentes, la energía eléctrica puede transportarse desde el lugar donde se genera hasta el punto de consumo.
Debe considerarse que una red es un conjunto de elementos que se organizan de un modo determinado para cumplir con un cierto objetivo. El adjetivo eléctrico, en tanto, refiere a aquello vinculado a la electricidad: la fuerza que tiene su origen en la existencia de protones y electrones y cuya manifestación se da por el rechazo o la atracción entre partículas con carga.
Origen de la red eléctrica
El origen de la red eléctrica está asociado al avance progresivo de los conocimientos del ser humano sobre la electricidad. Hay que considerar que, si bien se alude a fenómenos de este tipo (por entonces incomprendidos) desde el Antiguo Egipto, recién en 1646 el término electricidad fue incluido por primera vez en un texto, escrito por el británico Thomas Browne.
Sin embargo, no fue hasta el desarrollo de la Revolución Industrial entre el siglo XVIII y el siglo XX cuando comenzó a forjarse la idea de una red eléctrica. Hasta inicios del siglo XIX, el gas natural constituía la principal fuente de energía para la calefacción y la iluminación. La situación empezó a cambiar con el descubrimiento del arco eléctrico, aprovechado en el alumbrado público.
De todos modos, lo habitual era que el consumo eléctrico se dé en las proximidades del sitio de generación. Fue Thomas Edison quien, en 1878, puso en marcha la comercialización de un sistema eléctrico capaz de reemplazar al gas natural. Otro protagonista en el proceso de creación de la red eléctrica fue Nikola Tesla, quien investigó los cambios de tensión en la transmisión y la distribución de electricidad.
Puede indicarse que el desarrollo de las redes eléctricas coincide con el nacimiento de la industria de la electricidad, que abarca todas aquellas actividades que permiten generar, transmitir, distribuir y comercializar la energía eléctrica. En un sentido general, la electricidad se convirtió en una mercancía en 1882, cuando se puso en marcha su distribución comercial para alimentar el alumbrado.
Sus operaciones
La noción de red eléctrica abarca cuatro operaciones o procesos principales: la generación, la transmisión, la distribución y la comercialización. Dichas tareas pueden ser llevadas a cabo por una misma empresa o por varias compañías, ya sean públicas o privadas.
La generación de energía eléctrica implica la transformación de energía solar, nuclear, térmica, cinética, química o de otra clase en, justamente, energía eléctrica. Lo habitual es que las plantas generadoras se encuentren lejos de las ciudades y en las inmediaciones de una fuente de agua.
Una planta generadora, por lo tanto, puede apelar a la energía nuclear, la energía eólica u otra fuente primaria para impulsar el giro de una turbina que, por su parte, produce el giro de un alternador para generar la electricidad.
A la energía generada por la central eléctrica se le aumenta la tensión antes de la conexión con la red de transmisión. Esto es necesario ya que, cuando se incrementa la tensión para un cierto nivel de potencia, se minimiza la corriente, con lo cual se reducen las pérdidas vinculadas al efecto Joule. En cada subestación eléctrica elevadora hay un transformador de potencia que cumple con esta misión.
Retomando el esquema del sistema de suministro eléctrico, la transmisión de energía eléctrica vía líneas de transporte posibilita que la energía generada en la central pueda recorrer distancias muy grandes antes de llegar al sitio de consumo. El cable de alta tensión, que tiene como soporte a la torre de transmisión, es el elemento que funciona como conductor.
El tramo siguiente de la red eléctrica permite la distribución. Comienza con la subestación transformadora donde se reduce la tensión, pasando de los niveles de alta tensión de la transmisión hasta los niveles de media tensión.
Finalmente, la distribución de energía eléctrica requiere de otra reducción de tensión para que el usuario doméstico acceda a los valores apropiados. Así surge la última fase del suministro: la comercialización.
Se entiende por venta de electricidad a la operación que se realiza de manera minorista. Cada usuario le paga el uso de la electricidad a la empresa que instala y gestiona el medidor o contador eléctrico. La medición de energía marca que, a mayor consumo, mayor gasto en la factura.
De todas maneras, más allá la tarifa de tiempo de uso, en la factura de energía también hay una tarifa eléctrica de acceso que se abona a modo de cuota mensual o bimestral.
La generación distribuida en la red eléctrica
Se denomina generación distribuida a un modelo que se basa en el aprovechamiento de diversas fuentes pequeñas ubicadas en las cercanías de los puntos de consumo. El sistema de energía distribuido se complementa con la red eléctrica que nace en las centrales tradicionales.
Lo usual es que se trate de microredes de energía renovable que se integran a la red habitual. Así, además de contribuir al cuidado ambiental, los generadores de respaldo contribuyen a mejorar la respuesta frente al pico de demanda.